Presidentes buscan impulsar el comercio y la democracia

Se reúnen los mandatarios de 34 países de América.

QUEBEC, Canadá (Reuters).- Los mandatarios de 34 naciones del continente -todos menos Cuba- se reunirán hoy para la III Cumbre de las Américas con el propósito de fortalecer la democracia y dar impulso a la creación del bloque de libre comercio más grande del mundo.

La cumbre de tres días en la ciudad canadiense de Québec culminará el domingo con una declaración política que contiene una cláusula que prevé la exclusión de países no democráticos de futuras cumbres.

El programa oficial de la Cumbre se ha dividido en tres grandes temas o «cestas» : el fortalecimiento de la democracia, la creación de prosperidad y la realización del potencial humano del continente.

El tema de fondo de estas tres «cestas» es proporcionar un impulso definitivo al proceso de negociación del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), el mayor mercado continental del mundo con más de 800 millones de habitantes que debería entrar en vigor a partir del año 2005. Además de estas tres «cestas» los 34 jefes de Estado y gobierno presentes en Québec discutirán el concepto de «la conectividad» para evitar que aumente la distancia entre los países más ricos y el resto de las naciones del continente en el uso de nuevas tecnologías como internet, la llamada «división digital».

Los presidentes reafirmarán su compromiso -acordado en Miami hace siete años y reafirmado en Santiago en 1998- de culminar las negociaciones del ALCA en enero del 2005.Los ministros de comercio presentarán el primer borrador del tratado.

Si bien existen diferencias sobre los plazos en que bajarán las barreras arancelarias -Brasil quiere extenderlo para dar a sus industrias tiempo para adaptarse a la mayor competencia- existe consenso en que el comercio libre es el camino para generar crecimiento y reducir la pobreza en el continente.

La cumbre se produce bajo nubarrones en el panorama económico regional debido a la desaceleración en Estados Unidos, el mayor mercado del mundo. Persisten también temores de crisis financiera en torno a las dificultades que enfrentan las finanzas públicas de Argentina. Las condiciones políticas son igualmente desalentadoras dada la debilidad de la democracia en la región andina y la guerra civil en Colombia. «En muchas de nuestras democracias, las instituciones políticas son débiles, y los ciudadanos sienten desencanto y escepticismo, con reducidas esperanzas acerca del futuro», dijo admitió el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), César Gaviria.

Para el presidente Bush, Québec será su primera cumbre internacional, y pondrá a prueba su promesa de dar prioridad a las relaciones entre Washington y América Latina.

Bush dijo en la OEA el martes que después de la cumbre redoblará sus esfuerzos por obtener el mandato político del Congreso para negociar el ALCA y otros acuerdos comerciales.

La falta de la llamada autoridad «fast track» ha debilitado el proceso del ALCA porque crea sospechas de que el Congreso de Estados Unidos modificará lo acordado bajo presión de sectores proteccionistas y sindicales. El Congreso se encuentra dividido entre los demócratas que quieren incluir defensas de los derechos laborales y del medio ambiente en el ALCA, lo que los republicanos y muchos gobiernos de América Latina rechazan.

Por otra parte, la celebración de la «cumbre paralela» o II Cumbre de los Pueblos de las Américas, organizada por grupos de la sociedad civil continental, atrajo a Québec a miles de personas opuestas al enfoque dado por los gobiernos de la región al ALCA. La coincidencia de la cumbre paralela y la cumbre oficial ha provocado uno de los mayores despliegues de seguridad presenciados en Canadá desde el fin de la II Guerra Mundial.

Más de 6.500 policías, un número indeterminado de agentes de otros servicios de seguridad canadienses y extranjeros se sumarán para mantener la seguridad a un muro de cemento y una alambrada de tres metros de alto alrededor del área en el que se alojarán las delegaciones y se celebrarán las reuniones. (Reuters/EFE)

El «fantasma» de Cuba

Cuba, como un fantasma ineludible, se convertirá mañana nuevamente en el ausente-presente de la III Cumbre de Canadá, con sus polémicos puntos de vista sobre el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

«Cuba no forma parte de lo que es un proyecto que equivale en definitiva a consolidar la subordinación de América Latina recientemente, Ricardo Alarcón, presidente del parlamento cubano. Alarcón aseguró que la política de Washington aspira a «someter a las naciones de América Latina en un proyecto de integración económica». La exclusión de la mayor de Las Antillas se debe a que Estados Unidos, principal impulsor del ALCA, considera que en la isla no hay democracia y no se respetan los derechos humanos. (DPA)

Un Mercosur dividido busca consenso

En medio de fuertes tensiones internas, pero con la ambición de formar un frente común, los países del Mercosur acuden a la III Cumbre de las Américas de Canadá convencidos de que el libre comercio puede traer ventajas, pero también representar problemas.

Las cuatro naciones que integran el Mercado Común del Sur (Mercosur) incluyen a dos de las cinco mayores potencias económicas del continente, Brasil y Argentina, pero también dos de las más pequeñas, Uruguay y Paraguay, que también quieren decir algo.

La reciente reunión de ministros del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que se desarrolló el pasado fin de semana en Buenos Aires, permitió al Mercosur la oportunidad de juntar sus fuerzas y hablar con una sola voz, pero no logró limar diferencias que amenazan la supervivencia misma del bloque. Ayer, el presidente brasileño Cardoso le exigió a Argentina a adoptar una postura más clara en el bloque.

«Ha quedado demostrado el fortalecimiento del Mercosur, porque todos los países negociaron juntos», declaró sin embargo el canciller argentino, Adalberto Rodríguez Giavarini.

Al igual que el resto de las iniciativas subregionales, los países del Mercosur buscan articular su relación como conglomerado con los futuros desafíos del ALCA y su relación individual con EE.UU.

El país que mayores reticencias ha tenido hacia el ALCA es Brasil, la segunda economía del continente, que teme que la eliminación de los aranceles pueda perjudicar a su poderosa industria local. «Para Brasil el ALCA es una opción, y el Mercosur un destino», sostiene el canciller brasileño, Celso Lafer.

Pero tanto Brasil como Argentina han insistido en la necesidad de que el proceso de formación del ALCA conlleve la eliminación de barreras arancelarias y no arancelarias que ponen cortapisas a las exportaciones regionales a Estados Unidos.

«La negociación del ALCA no es un asunto arancelario, como lo es para Estados Unidos, pero hay que discutir otras formas de restricción no arancelaria», sostiene Lafer. «El ALCA debe aspirar a mejorar el acceso de bienes agropecuarios, industriales y de servicios en los distintos mercados», coincide el presidente argentino, Fernando de la Rúa.

Paraguay, la economía más modesta del Mercosur, también advierte.»Las negociaciones deben ser muy bien llevadas, porque no es el caso de que nosotros, como Mercosur, abramos nuestro mercado y EEUU cierre el suyo», destacó el canciller paraguayo, José Antonio moreno Riffinelli. Algo discordante con este criterio es el de Uruguay, que ha advertido que, con el Mercosur o sin él, está interesado en llegar cuanto antes al ALCA (EFE)


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