Primero el susto, después un nocaut

LONCOPUÉ (por Luis Amaolo).- Por un instante, el Poli se enmudeció. Apenas habían transcurrido un par de segundos del esperado combate estelar, cuando Luis “Mono” Arrieta -el villano de la historia- sacó inesperadamente un estupendo cross de izquierda y Billi Godoy -el muchachito bueno de la película- terminó desparramado sobre el tapiz. La caída fue tremenda: sin defensa Godoy se desmoronó de espaldas y su cabeza rebotó peligrosamente sobre la lona. Se imaginó lo peor: chau invicto y adiós a la anhelada chance de combatir por el título argentino de los medianos, el próximo 14 de mayo en el Ruca Che ante el campeón Claudio Ábalos (ver aparte). Pero el relato le tenía reservado un final feliz al “Niño” de Centenario. Se levantó como un rayo, aguantó hasta llegar al final del primero y a partir del segundo capítulo, comenzó a edificar su éxito. En el tercer round, ya recuperado de la sorpresa inicial, salió como una tromba y asumió el protagonismo. El cross de derecha, los voleos de izquierda y el uppercut llegaron con contundencia; y sobre el epílogo del asalto acorraló a su rival contra las cuerdas, no hubo respuestas del pampeano y el árbitro Daniel Rodríguez decretó con buen criterio el nocaut. En el semifondo, el crucero centenariense Diego Egea (87,250) aplicó toda su “Furia” para despachar -en apenas 55 segundos- al púgil de Santa Rosa, Claudio Parra (86,700). Un soberbio cross sobre el mentón del pampeano y dos voleos alcanzaron para liquidar en un suspiro el pleito. La velada, que fiscalizó la Federación Neuquina de Box se completó con siete cruces entre púgiles amateurs: Rubén Fernández (Rincón) a Mauricio Alfaro (Andacollo) RSC 3º, Lorenzo Barros (R) a Esteban Medina (A) RSC 2º, María Rivera (San Martín) a Nancy Quesada (A) nocaut 1º, Pablo Castillo (SM) a Franco Santander (R) GPP 3-0, Emanuel Godoy (Centenario) a Ademar Marángeles (R) GPP 2-1 y empataron: Exequiel Soto (Chos Malal)-Ramón Roquer (R) y Martín Matamala (Cipolletti)-Luciano Vielma (C).

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Duró sólo tres asaltos, pero fue muy intenso el cruce entre Billi y el pampeano Arrieta.