Prisión en suspenso para el perito Arriola

ROCA (AR).- El perito balístico, comisario retirado Julio César Arriola, fue condenado ayer a dos años de prisión en suspenso y a cuatro de inhabilitación absoluta, luego de que la Cámara Tercera del Crimen dictaminara que falseó las pericias que realizó durante la investigación del asesinato de los jóvenes riocoloradense Sergio Sorbellini y Raquel Lagunas.

La conclusión a la que había llegado Arriola, había sido uno de los puntales de la condena a prisión perpetua de Mario González, quien posteriormente recuperó su libertad. Pero para ello, se realizaron otras cinco pericias a los proyectiles extraídos a los cuerpos de los jóvenes asesinados y a un arma que había estado en poder de González, y ninguna coincidió con lo expuesto en su momento por Arriola.

Si bien el perito no irá a prisión por tratarse de una condena en suspenso, el hecho de que la inhabilitación sea absoluta, lo privará durante cuatro años de cobrar sus haberes mensuales como comisario retirado.

Arriola había analizado dos proyectiles que se extrajeron del cuerpo de Raquel Lagunas y otros dos de Sergio Sorbellini. Los comparó con el rifle marca Diana calibre 22 que había estado en poder de González, y concluyó que las balas había sido disparadas por dicha arma de fuego.

“Esta prueba pericial fue determinante para la resolución de la situación procesal de Mario Oscar González, en cuyas manos había estado el arma el domingo 12 de marzo de 1989, día en que fueron ultimados los jóvenes”, aseguró el juez Fernando Sánchez Freytes, presidente de la Cámara Tercera del Crimen.

Sin embargo, posteriormente se hicieron otras pericias balísticas, que no concordaban en nada con la conclusión de Arriola.

El oficial principal Wálter Morán, mencionó que los proyectiles del cuerpo femenino no habían sido disparados por ese rifle, en tanto que los masculinos no ofrecían campo suficiente de estudio.

Por su parte, el oficial principal de la Policía de Neuquén, Fernando La Cruz, dijo que si bien los proyectiles estaban deformados, no habían sido disparados por el rifle en cuestión.

La Cruz y el oficial inspector Oscar Méndez, coincidieron en que el vuelo del caño era de izquierda a derecha, y que los proyectiles en tenían la dirección al revés.

En Buenos Aires, se hicieron pericias en la delegación de la Policía Federal, donde se dictaminó que no se puede asegurar qué arma fue las que las disparó.

Finalmente, en Gendarmería se estableció que los proyectiles que habían sido peritados con anterioridad, fueron los mismos, por lo que se descartó que hayan sido cambiados.

El juez Sánchez Freytes, quien tuvo como vocales a los jueces Flora Susana Díaz y Carlos Gauna Kroeger, estableció que “la pericia balística de Arriola termina siendo falsa, pues él, afirmó una falsedad en su labor cuando concluyó, luego de las operaciones realizadas, que ‘los proyectiles extraídos del cuerpo de las víctimas fueron disparados por el rifle Diana Nº 14.109’”.

Arriola había ratificado la pericia realizada, y que “las coincidencias entre los proyectiles y el rifle peritado eran totales”.