Prisión en suspenso para un padre que se «borró»

Ejemplarizador fallo de una jueza barilochense. Le exigen también mantener contacto con sus hijos.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- La jueza Silvia Baquero Lazcano condenó a un mes de prisión en suspenso y a pautas de conducta por dos años a un padre que dejó de prestar asistencia alimentaria y moral a sus hijos, y sentenció que ése «es un deber insoslayable».

Por eso le impuso la obligación de mantener una adecuada comunicación con sus hijos y tenerlos informados de su domicilio, con la amenaza de revocar la condicionalidad de la pena.

El 15 de octubre de 1998 Herminia Martínez denunció que su ex esposo, Miguel Angel Frenske, hacía tres meses que no aportaba para la subsistencia de sus hijos, y que tampoco tenía contacto con ellos, después de haber acordado remitirles el 30 por ciento de sus ingresos.

La situación se prolongó hasta la fecha del juicio, celebrado el mes pasado, pero ahora deberá preocuparse en conseguir trabajo y mantener un contacto adecuado con sus hijos de 6 y 8 años, por lo menos en forma telefónica.

La familia se había trasladado de Allen a Bariloche, pero Frenske regresó al Valle aduciendo que en esta ciudad no encontraba trabajo en su profesión. Ahora vive en Allen y sigue sin trabajar, pero se justificó diciendo que realiza tareas domésticas, dado que su actual pareja es docente y trabaja en doble turno.

El fiscal le reprochó haberse desentendido de sus hijos, no haberles proporcionado alimentos ni soporte moral, y lo encontró responsable del delito de «incumplimiento de los deberes de asistencia familiar», -artículo 1º de la ley 13.944. Explicó que se trataba de un delito «de comisión por omisión» y pidió a la jueza que lo condene a un mes de prisión en suspenso y a pagar las costas del juicio.

La defensa alegó que «no hubo dolo; no consiguió trabajo porque tiene 45 años y hay desocupación, y cuando estuvo en Bariloche debió regresar a dedo a Allen». Al imponer la condena y las pautas de conducta por dos años, la jueza Baquero Lazcano expuso que «las excusas son inadmisibles» y que no debía probarse el estado de necesidad.

La asesora de Menores Marta Pereyra, ante la consulta de «Río Negro», reconoció la existencia de problemas económicos y desocupación, pero reprochó que «si han traído hijos al mundo tienen que ocuparse de ellos». Agregó que «las parejas se separan, pero no se separan de sus hijos; los chicos necesitan tener relación con el padre no conviviente, porque cuando no les presta atención sufren el doble. Pueden superar el impacto de la separación, pero si dejan de ver a su padre el sufrimiento es mayor y puede ocasionarle problemas en su futuro», subrayó la profesional.

Marta Pereyra lamenta la cantidad de separaciones y litigios por alimentos que se tramitan en los tribunales, pero insiste en que «el dinero no es suficiente en una separación; los hijos deben recibir una asistencia completa para lograr un desarrollo integral de su personalidad, y eso además de alimentos y vestidos significa salud, educación y apoyo moral».


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