Prisión perpetua para Astiz y Acosta

Los jueces Angela Ledesma, Alejandro Slokar y Pedro David ratificaron que en la ESMA se cometieron “crímenes de lesa humanidad”.

CRIMENES EN LA ESMA

La Cámara Federal de Casación Penal confirmó las penas a prisión perpetua contra Alfredo “El ángel rubio” Astiz, de Jorge “El Tigre” Acosta y de otros ocho represores por los crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) durante la última dictadura militar.

Fuentes judiciales informaron a DyN que la Sala II de Casación también ratificó las condenas de entre 18 y 25 años de cárcel para otros cuatro represores y anuló las absoluciones de Juan Carlos Rolón y Pablo “Serra” García Velasco, sobre quienes dispuso que se dicte un nuevo pronunciamiento.

En el juicio habían sido condenados a perpetua Oscar Montes y Julio César “Maco” Coronel pero fallecieron, por lo que Casación no se pronunció sobre ellos en su fallo.

La ESMA fue el centro clandestino de detención más grande de la última dictadura, por el que se estima que pasaron unas cinco mil personas y en el que funcionaba una maternidad.

El secuestro y homicidio de Walsh ocurrió el 25 de marzo de 1977, un día después del primer aniversario del golpe de Estado en el que el periodista escribió la “Carta Abierta a las Juntas” en la que denunciaba los crímenes de la dictadura.

El Grupo de Tareas 3.3.2 de la ESMA lo secuestró en las avenidas San Juan y Entre Ríos y fue llevado a ese centro de detención.

La patota también robó pertenencias, como parte de su obra inédita, de su casa del Tigre, donde vivía con su mujer Lilia Ferreira, quien estuvo presente en la lectura del veredicto.

También fueron condenados por el secuestro en diciembre de 1977 de 12 personas que integraban el grupo de la Iglesia de la Santa Cruz, ubicada en el barrio porteño de San Cristóbal, donde se reunían familiares de desaparecidos para buscar información sobre ellos.

Astiz se infiltró en ese grupo con el nombre de Gustavo Niño, haciendo pasar por el hermano de una secuestrada, y “marcó” a las 12 personas que había que secuestrar, entre ellas las monjas francesas y las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo María Eugenia Ponce de Bianco, Azucena Villaflor de De Vincenti y Esther Ballestrino de Careaga

DyN


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