Prisión preventiva para el «violador del trueque»

El juez Marcelo Benavides dictó este jueves el procesamiento y lo acusó de abuso sexual con acceso carnal y abuso sexual gravemente ultrajante. En los próximos días podrían imputarle otras dos violaciones a niñas de la misma edad a las que también se llevó con engaños de la feria neuquina.

El juez que interviene en la causa, Marcelo Benavidez, dictaminó hoy la prisión preventiva bajo la caratula de «abuso sexual con acceso carnal gravemente ultrajante» para Oscar López, quién el sábado 11 de octubre secuestró a una nena de nueve años en la feria del trueque y la violó.

El hombre de 39 años que secuestró a la pequeña habría cometido otros dos hechos con una escalofriante similitud: eligió a sus víctimas entre niñas de la misma edad, con parecidos rasgos físicos, también de la feria que funciona en la Vuelta de Obligado los días sábados, y logró que lo acompañarán con la misma mentira, «para mostrarle unos conejos».

El alerta se encendió en la fiscalía de Graves Atentados contra las Personas cuando supieron, por la declaración de la última víctima, que el sujeto la había llevado engañada con la excusa de mostrarle «unos conejos». Es que hay otros tres casos de violación sin esclarecer en los cuales las niñas mencionaron el mismo detalle de los conejos.

Según trascendió, esas dos violaciones ocurrieron en julio y agosto de 2006, y fueron consumadas en el sector donde se estaba construyendo el monumento a los combatientes, en la ex terminal de colectivos. Las víctimas fueron nenas de 9 años que estaban en la feria del trueque, y las retiró de allí un sujeto con características físicas similares a López y con la misma excusa.

De acuerdo con los elementos que reunió hasta ahora la fiscalía, después López se fue de Neuquén y estuvo radicado un tiempo en la provincia de Buenos Aires. Volvió hace poco y otra vez atacó, en el mismo lugar y eligiendo al mismo tipo de víctima.

Como el monumento ya no está en obra, a la última niña la llevó a una casilla junto a la cancha del club Independiente. Esta víctima declaró con el método de Cámara Gesell, al igual que sus primos (estaban presentes cuando el sospechoso se la llevó). Su relato fue categórico y selló la suerte de López.

De alguna manera el sujeto convenció a la nena para que lo acompañara y se fueron caminando. Los hermanos de la víctima alertaron a sus padres, que hicieron la denuncia en la policía, y en ese momento comenzó un rápido y amplio operativo de búsqueda del que participó personal de las comisarías Primera, Segunda, y de Seguridad Personal.

En esos primeros momento el único dato con el cual contaban los investigadores para realizar la búsqueda era la somera descripción que habían hecho los niños, mencionando un tipo de cabello y un color de vestimenta del sospechoso.

Tras casi una hora de desconcierto, uno de los grupos de búsqueda encontró a la niña: estaba saliendo de una casilla donde hay una bomba de agua, en inmediaciones de la cancha del club Independiente.

Las fuentes indicaron que la nena salió sola, llorando, acomodándose la ropa, y cuando vio a los policías se abrazó a ellos.

Casi al mismo tiempo, el sospechoso se alejaba del lugar. La nena lo señaló: coincidían el cabello y la ropa, así que uno de los policías se quedó con la víctima y los otros se lanzaron a perseguirlo.

Al lugar convergieron más policías en patrulleros y a pie. El sospechoso se escondió debajo de un automóvil, de donde los efectivos lo sacaron por la fuerza.

 


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