Procesan a la mujer del militar asesinado en Bariloche

La mujer había denunciado que a su marido lo habían asesinado durante un intento de robo mientras ambos caminaban. El juez cree que se trató de una emboscada con el novio de su hija.

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- Luego de 40 días de ocurrido el homicidio del suboficial retirado del Ejército Miguel Angel Salguero, el juez Martín Lozada tiene por cierto que hubo un acuerdo de voluntades entre la esposa de la víctima y el ex novio de su hija para darle muerte, y sospecha que la procesada disparó dos de los tres balazos que recibió el militar. Para Lozada, María del Rosario Monzón, de 44 años, y Leonardo Maximiliano Calvo, de 19 años, “en convergencia intencional y como resultado de una acción concertada”, el último 14 de julio a las 19.30 mataron a Salguero mientras la mujer y la víctima caminaban entre los barrios Parque Lago Moreno y Dos de Agosto. Entiende el magistrado que los sospechosos acordaron que la mujer habría de sacar a su marido del domicilio a las 19.20, que caminaría a su lado por la senda que une ambos barrios, y que Calvo debía esperarlos oculto entre las matas. “Allí debía Calvo darle muerte mediante un arma de fuego que previamente la imputada le entregó, y una vez que Salguero fuera ejecutado iría ella a manifestarle a la policía que se había tratado de un asalto por parte de tres personas de sexo masculino, de contexturas manifiestamente diferentes a las de Calvo y con los rostros cubiertos”. El juez Lozada considera que “valiéndose de la nocturnidad imperante, la vegetación frondosa, el descampado, y la ausencia de vecinos, la prevenida se hizo a un lado al percibir la presencia de Calvo, posibilitando que éste le efectuara desde atrás un disparo de bala que ingresó en la cabeza de Miguel Angel Salguero”. También entiende que como la víctima se encontraba aún con vida, “la encartada procedió a efectuarle otros dos disparos: el primero en la cabeza y el otro en la zona renal”. El hecho que investiga Lozada constituye el delito de homicidio calificado, pero María del Rosario Monzón estaría incursa al menos en dos agravantes: por su calidad de cónyuge de Salguero, y porque lo ejecutaron con alevosía. Para el magistrado hay alevosía cuando la falta de peligro para el autor y la indefensión de la víctima son condicionantes del ataque, y al igual que otros juristas sostiene que el homicidio alevoso implica por parte del autor “una actitud traicionera, felona, que aprovecha la desventaja en que la víctima se halle, resultante de la idea de seguridad y la falta de riesgo”. En contra de Calvo será evaluada sólo la segunda de las calificantes, pero para el juez no hay duda de que los dos encartados tuvieron un protagonismo esencial y exclusivo en la comisión del homicidio, “puesto que durante su desarrollo cada uno de ellos desplegó un rol específico, de acuerdo a una clara convergencia previa de voluntades, traducida en la unidad de designio que culminó en el resultado muerte”. A través del relato de Calvo, quien habría participado del hecho motivado por el amor que todavía sentía hacia Celeste, la hija de Salguero, Lozada entendió que el joven había efectuado el primer disparo sobre la víctima, y que Monzón había realizado los dos restantes.


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