Protección para los niños en Internet

Los programas de protección prometen aislar a los niños de los peligros en la web y ofrecen al mismo tiempo acceso a contenidos apropiados para ellos. Pero la realidad parece ser muy diferente.

Páginas de pornografía y violencia o de acoso en los chats: muchos son los peligros que acechan a los niños en Internet. En un mundo que ya no puede vivir sin ordenadores, los niños necesitan ayuda para dar sus primeros pasos en la red. Pero ¿quién cuida de ellos cuando están solos en los laberintos interminables de Internet?

Los programas de seguridad ofrecen protección contra contenidos peligrosos. El número de programas de pago ha crecido enormemente en los últimos años. Pero el propio sistema operativo Windows, dentro de Windows Live, pone a disposición un programa llamado Protección Infantil, un escueto bosquejo de medidas de precaución que puede abrise desde la línea de búsqueda del sistema operativo.

Los llamados sistemas de lista blanca permiten sólo acceder a páginas calificadas por especialistas como aptas para niños, mientras las demás permanecen bloqueadas. Es decir, el niño se mueve dentro de un espacio protegido. Si llega a buscar textos como “sexo” o “porno”, sólo se le abrirán las páginas aptas para niños.

Hay programas que permiten ampliar las listas blancas y dar a los niños acceso adicional a determinadas páginas. “Una lista blanca se presta más bien para niños pequeños, de hasta diez años”, dice Birgit Kimmel, de la iniciativa Klicksafe, de la Comunidad Europea. “Con los niños mayores se suscitan rápidamente discusiones, porque cada vez que intentan abrir una página tienen primero que pedir autorización”.

Para mayores de diez años, lo apropiado son más bien sistemas de lista negra: en principio se pueden abrir todas las páginas, mientras sólo se bloquean determinadas páginas de pornografía, violencia o acoso. Pero “ante la actual multitud de sitios web, este sistema de filtros no ofrece una protección absoluta”, dice Axel Kossel, redactor de la revista de computación “c’t”, que sometió a prueba 17 sistemas de filtro de uso popular en Alemania. “Además, a diario se añaden nuevas páginas”, observa.

A veces, los programas combinan ambos sistemas o permiten intercambiar una lista blanca y una lista negra. Trabajan también con un sistema de bloqueo automático que no permite abrir páginas que contengan palabras que sugieran contenidos no apropiados, aunque no figuren en la lista. “A veces esos filtros también se equivocan” y bloquean páginas que en el fondo son completamente inofensivas, dice Kossel – por ejemplo, porque la palabra “sexagenario” contenga el fragmento “sex”.

“Pero no hay programa que brinde absoluta seguridad, porque siempre hay una forma de eludir los filtros”, dice el experto. Para que los niños no puedan desconectar el sistema, éste debe ser protegido mediante una contraseña. “En general se recomienda instalarle al niño su propia cuenta de usuario”, anota Kimmel. “Se puede así impedir que posea derechos de administrador para modificar a su gusto los ajustes en la computadora”.

En esta época en que las nuevas generaciones nacen con un ordenador en las manos, es teóricamente posible que un chico ingenioso se las arregle para arrancar el ordenador a través de un sistema operativo externo, desde un “pendrive” o desde un disco DVD, eludiendo así los filtros. Esto se puede impedir desde la administración de los componentes del ordenador (BIOS o UEFI). La secuencia de arranque debe ser modificada de tal forma que el disco duro interno esté siempre en primer lugar. Y también conviene poner una contraseña para acceder al sistema BIOS/UEFI, al cual se llega tras arrancar el PC, manteniendo pulsada las teclas F2 o ESC.

No obstante, los filtros nada pueden contra programas de chat o de correo electrónico, que permiten que los niños entren en contacto con contenidos prohibidos o peligrosos desconocidos, dice Kimmel.

Últimamente han surgido también aplicaciones de filtro para smartphones y tablets. Pero “los programas de protección para accesorios móviles se encuentran aún en pañales”, señala Kossel. Y es en la navegación mediante accesorios móviles cuando se recomienda especialmente a los padres acompañar de cerca a sus hijos.

Entre las web en español, hay una serie de recomendaciones útiles en el sitio Peques (www.menudospeques.net), bajo el título “Evita que tu hijo entre en páginas Internet no aptas para su edad”. Por su parte, Protección de Menores (www.protecciondemenores.org) pone el acento en la enseñanza y el diálogo, y en conocer los riesgos que acechan en la red. Proporciona además instrucciones sobre cómo instalar un filtro de la navegación por Internet.

ArchivosPC (http://archivospc.com) incluye una larga lista de programas de filtro, muchos de ellos gratuitos y en español. Para ello, en el índice de la página se selecciona Internet/Filtro de contenidos. Por su parte, el Acta Pediatra de México publicó un interesante estudio titulado “Riesgos del uso de Internet por niños y adolescentes”, de la doctora Corina Araceli García-Piña (www.actapediatrmex.entornomedico.org/archivo/29-05-2008/articulos_o. html).

En general, no hay que confiar sólo en los programas la vigilancia de los niños, dice Kristin Langer, portavoz de una iniciativa alemana de protección de niños. “Los programas de filtro pueden apoyar técnicamente a los padres, pero no reemplazan una educación mediática”. Lo importante es explicar las relaciones, advertir de los peligros y ofrecer ayuda en caso de surgir problemas.

“Los niños se ven muy fácilmente abrumados por la masiva oferta en Internet”, señala la experta. Aconseja a los padres buscar junto con sus hijos buenas páginas y enseñarles el manejo de la red. Se puede ampliar poco a poco las libertades y trabajar al comienzo sólo con listas negras o una limitación del tiempo, dice Langer. “Más tarde, sólo si están bien preparados podrán navegar por sí mismos en Internet”, dice.

dpa


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