Pudo declarar el hombre secuestrado por pastores

NEUQUEN (AN)- Tres meses después de haber sido secuestrado por un grupo de pastores, Isaac Muñoz pudo brindar su primera declaración ante la justicia. Pero según fuentes con acceso al expediente, hizo una exposición pobre en la que mezcló hechos de la realidad con visiones que lo atormentan. «Todavía no está en condiciones de ofrecer una declaración coherente», indicó un vocero judicial.

Muñoz, de 35 años, fue sometido a un impiadoso ayuno durante el cual solamente se alimentó de aceite comestible común. Ese fue el tratamiento que le impusieron los pastores, procesados por la justicia, para quitarle el demonio del cuerpo. Aunque la sospecha es que solamente querían quitarle sus bienes, en especial una indemnización de más de 40.000 pesos que tenía depositada en el banco.

El hombre estuvo privado de su libertad entre el 8 y el 18 de mayo. Emergió de ese calvario rescatado por sus familiares, y nunca volvió a ser el mismo. A los daños físicos (una insuficiencia renal que arrastrará de por vida) se sumaron problemas psicológicos que no logra superar.

La justicia penal, que investiga la conducta de los pastores, espera su recuperación para tomarle declaración testimonial. Es que el aporte de Muñoz puede ser decisivo para resolver la situación de su esposa, Marta González (33 años). Los investigadores no definieron aún si la mujer es otra víctima o una cómplice de la maniobra.

La semana pasada Muñoz pudo declarar ante la justicia de Familia, en una causa paralela por la tenencia de sus cinco hijos que actualmente viven con la madre.

Fuentes judiciales indicaron que «no fue un relato concordante. Recuerda muy pocas cosas, por ejemplo que estuvo atado y amordazado, dice que lo quisieron matar, pero lo mezcla con el relato de alucinaciones y visiones místicas».

Respecto de la situación de su esposa, aportó poco. «La llama «bruja», expresa que siente culpa por haberla dejado ir a la iglesia».

La referencia es a la iglesia evangélica ubicada en el Alto Godoy. Allí concurría Marta González, conoció al pastor Claudio Zeballos, procesado por privación ilegítima de la libertad, y a su secretario Guillermo Cañete, prófugo con pedido de captura internacional y presuntamente refugiado en Italia.

Los pastores convencieron a González de que su marido estaba poseído. Lo que se sospecha es que Isaac Muñoz estaba en desacuerdo con el sospechoso protagonismo que los religiosos habían adquirido para su esposa, a punto tal que virtualmente invadieron su vivienda y utilizaban sus bienes.

Cuando Isaac se opuso a tanto fervor religioso, le «diagnosticaron» una posesión diabólica. Estuvo secuestrado en su propia vivienda, maniatado en su cama. Después lo trasladaron a un templo en Cinco Saltos cuyo responsable, Luis Martel, está procesado como cómplice.

Durante el tiempo que permaneció cautivo, Muñoz fue despojado de algunos de sus bienes.

El hombre quedó con severos problemas psicológicos que impidieron hasta ahora que la justicia penal le tome declaración. En los próximos días le harán una nueva junta médica para evaluar su estado y determinar cuándo podrá testimoniar.

Su palabra es prácticamente lo único que falta antes de cerrar la investigación y mandarla a juicio oral.