Puerto Moreno se desahogó tras 16 años y gritó campeón en Bariloche

Tras 16 años de sequía, el Naranja se coronó campeón de la Liga de Bariloche al derrotar por penales a Estudiantes.

Martín Marino se paró frente a la pelota. En sus pies estaba la posibilidad de que Puerto Moreno gritara campeón después de 16 años de sequía. Y el arquero no defraudó. Con temple de acero, pateó el penal más importante de los años últimos de la historia del club. Fue un remate suave, a la derecha del arquero de Estudiantes Unidos, que eligió el otro palo. Marino salió corriendo, con la boca llena de gol, se arrodilló frente a la tribuna y explotó.

Puerto Moreno se consagró campeón ayer del torneo de la Primera División de la Liga de Bariloche, tras vencer por penales a Estudiantes por 4 a 2.

Marino volvió a vivir una tarde soñada. En la final del 2002 había atajado dos penales y había marcado el que le tocó patear para darle el primer campeonato a Puerto Moreno. Tenía 24 años. Ayer, con 41, atajó un penal (otro se fue desviado) y anotó el penal que le dio el título al Naranja.

Fue una final que se jugó con los dientes apretados a lo largo de los noventa minutos. Pero Puerto Moreno fue el que tuvo las mejores chances de gol.

Los del kilómetro 10 pudieron haberlo ganado en los 90, pero sus delanteros no estuvieron finos en el momento de la definición. Franco Montero, el goleador del Naranja y otro de los símbolos históricos del club, primero pegó un tiro en un palo y después erró un penal en el primer tiempo. El arquero Pincha, Alberto Cruces, de a poco se transformó en la figura indiscutible del encuentro.

Estudiantes nunca pudo generar juego y siempre fue superado por su rival. La única oportunidad de gol que tuvo la desperdició de manera increíble.

Después, se quedó con un jugador menos antes de que finalice el primer tiempo por la expulsión de Damián Rogel.

En el segundo tiempo, Estudiantes sólo se limitó a aguantar el resultado hasta los penales.

El estadio Municipal de Bariloche lució casi completo, como hace tiempo no ocurría. Las hinchadas de Puerto Moreno y de Estudiantes brindaron una escenografía colorida y de mucho fervor. Al final, los fanáticos de Puerto Moreno celebraron, aunque los hinchas pinchas agradecieron el esfuerzo de sus jugadores, que se retiraron de la cancha con lágrimas por la amarga derrota.

“Tener a mi vieja y a mi hija en la tribuna y marcar el último gol, no puedo pedir más nada. Esto es acomodarme el alma”

Confesó emocionado Martín Marino, el arquero y héroe de Puerto Moreno.

Datos

“Tener a mi vieja y a mi hija en la tribuna y marcar el último gol, no puedo pedir más nada. Esto es acomodarme el alma”

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