Puja entre fiscales por el «ataque bacteriológico»
Trincheri está sumariado. Lo acusan de interferir en la investigación de Vignaroli, pero él asegura que fue al revés. Todo empezó por la incineración de un montón de basura arrojada por manifestantes en una marcha. Según el gobierno, eran residuos patógenos. Según los
Por GUILLERMO BERTO
gberto@rionegro.com.ar
NEUQUEN (AN).- El supuesto «ataque bacteriológico» denunciado por el gobierno provincial en junio pasado provocó daños colaterales: hay una sorda pulseada entre dos fiscales que intervinieron en la investigación del caso.
Uno de ellos es Richard Trincheri, quien ordenó destruir los residuos presuntamente patógenos que un grupo de manifestantes arrojó contra la Casa de Gobierno. Está sometido a sumario administrativo. El otro es Pablo Vignaroli, quien se puso a investigar el hecho a pedido del gobierno, a pesar de que sabía que le correspondía intervenir a su colega.
Trincheri pertenece al grupo de los «no alineados». Fue, por ejemplo, el que archivó una denuncia del ex ministro Luis Manganaro que pedía que se investigue a los periodistas de «Río Negro» que escribieron una nota que le disgustó .
El «ataque bacteriológico» se produjo el 1 de junio pasado a la mañana. Ese día una manifestación de empleados estatales, principalmente del sector Salud, arrojó todo tipo de elementos contra la Casa de Gobierno.
Al día siguiente, el subsecretario de Seguridad Hugo Acuña, que por entonces respondía directamente a Manganaro, anunció ante la prensa que entre los elementos arrojados había residuos patógenos peligrosísimos. Hasta aconsejó a quienes circularon en esas horas por la Casa de Gobierno que se hicieran revisar por un médico.
Trincheri se puso al frente de la investigación de oficio, ya que subrogaba la fiscalía de Delitos Complejos. Según se desprende del sumario que le iniciaron, a las 16 horas del 2 de junio ordenó la destrucción de los residuos porque un informe bioquímico determinó que no eran peligrosos para la salud.
De hecho los desperdicios estuvieron depositados en varias dependencias oficiales, y numerosos policías tomaron contacto con ellos sólo protegidos por guantes y barbijos. Ninguno se enfermó.
A las 17.20 del mismo 2 de junio, el subsecretario Acuña formalizó su denuncia del «ataque bacteriológico» ante el fiscal Vignaroli. A pesar de que sabía que ya estaba interviniendo Trincheri, Vignaroli igual se hizo carg del caso.
Curiosamente, Trincheri está acusado de interferir en la investigación de Vignaroli, cuando las constancias del sumario parecen demostrar que fue al revés.
Vignaroli nunca se comunicó con Trincheri para hablar del tema. La primera charla entre los dos se produjo a las 10 de la noche del día 3, y fue porque Trincheri lo llamó.
«La actuación de Vignaroli es anómala y no se corresponde con la forma de proceder habitual y correcta en casos como este», dijo Trincheri en su descargo.
El fiscal también defendió su decisión de ordenar la destrucción de los desperdicios. «Fue una decisión para la que era competente y además fue acertada, correcta desde todo punto de vista y, además, prudente. Una prudencia que está ausente en la denuncia que origina este sumario, en la que no sólo se crea a partir de un montón de basura un ataque bacteriológico, sino que se sugiere que actué con el propósito deliberado de hacer desaparecer pruebas con miras a asegurar la impunidad a los autores del delito. ¿De qué delito?», se preguntó Trincheri.
Agregó que «la orden de destruir los residuos la impartí cuando era el único funcionario judicial que intervenía en el tema, y luego de hacerme asesorar por el bioquímico Marcelo Henríquez, la más alta autoridad en la materia en el área de investigaciones de la Policía».
¿Casualidades?
NEUQUEN (AN).- Richard Trincheri se convirtió en fiscal General en agosto de 2001, cuando se crearon las fiscalías especializadas por delitos. De bajo perfil, recién cobró notoriedad en setiembre del año pasado cuando archivó una promocionada denuncia del entonces ministro Luis Manganaro contra periodistas de este diario. Después le tocó impulsar una acusación contra el juez de Faltas de Plottier, Marcelo Jara, elegido por el Tribunal Superior de Justicia para convertirse en fiscal.
Esas actuaciones, y la independencia que mantiene respecto de las nuevas autoridades del TSJ, lo ubicaron claramente del lado de los «no alineados». Por eso no sorprendió que le iniciaran un sumario administrativo. Y tampoco parece casual que el otro protagonista de la historia sea Pablo Vignaroli.
Vignaroli es cuñado de Jara. Y es fiscal de Delitos contra la Administración Pública, cargo al que accedió pese a que era deudor incobrable del Banco Provincia de Neuquén y estaban a punto de rematarle la casa. En forma contemporánea con su elección para el cargo que ahora ocupa, su deuda le fue refinanciada.
De acuerdo con el sumario, el subsecretario de Seguridad, Hugo Acuña, llevó su denuncia del ataque bacteriológico a Vignaroli a pesar de que sabía que estaba interviniendo Trincheri. Y se la presentó apenas una hora y veinte minutos después de que Trincheri ordenara la destrucción de la basura.
¿Sabía Acuña, al momento de hacer la denuncia, que los desperdicios habían sido incinerados? No es improbable porque en el operativo intervino la Policía, que responde al funcionario.
Hoy Trincheri no sólo está sumariado, sino que ya no es más fiscal General. Lo pasaron a la fiscalía de Delitos Violentos contra la Propiedad. Desde ese cargo no hay riesgos de que subrogue a Vignaroli cuando éste está ausente. (GB)
Por GUILLERMO BERTO
Registrate gratis
Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento
Suscribite por $1500 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Comentarios