Agua para la agricultura familiar

Organismos provinciales y nacionales promueven la construcción de soluciones apropiadas y sustentables para la región patagónica. El foco está puesto en la gestión y el acceso a este recurso básico, que constituye a la vez un derecho y un bien común.

En el vasto territorio de la Patagonia conviven más de doce mil familias de agricultores familiares que desarrollan actividades productivas de relevancia para las economías locales. Crianceros, productores, comunidades de pueblos originarios y pobladores rurales, residen y producen hasta en los lugares más alejados de este territorio, afrontando las dificultades climáticas, de infraestructura, financieras, de estacionalidad y por el cambio climático para acceder con estabilidad a los recursos hídricos necesarios para la producción y la vida.

La región presenta múltiples escenarios donde el acceso y manejo del recurso agua adquieren diferentes características.

En las áreas de secano (sin sistemas de riego) lo más importante es garantizar la captación y el almacenamiento del agua, que proviene de fuentes muy diversas: vertientes, ríos, arroyos, pozos, lluvia.

Para los grandes valles con sistemas de riego estabilizados, la sustentabilidad se basa en la gestión y el drenaje junto al manejo de los suelos, mientras que en los pequeños valles se suele requerir la estabilización de los sistemas con obras de infraestructura y organización de los modos de gestión.

Por su parte, las áreas periurbanas y urbanas presentan grandes desafíos en cuanto a la preservación de las tierras de regadío, la salud de las cuencas y la producción de alimentos.

Completan la caracterización del territorio los desafíos que genera el cambio climático, en tanto agudiza situaciones extremas como sequías prolongadas y precipitaciones torrenciales.

Los proyectos de agua para la agricultura familiar implican siempre abordajes diferentes y obras de infraestructura que puedan dar soluciones en estos escenarios tan diversos.

Las experiencias se centran en resolver el acceso al recurso con fines múltiples (consumo domiciliario, riego y ganadero) mediante obras para utilizar aguas superficiales y subterráneas como captaciones de vertientes, perforaciones y jagüeles, obras de almacenamiento de conducción por canales y tuberías, almacenamiento en tanques, cisternas, tajamares, y distribución y priorización de usos.

En todos los casos la gestión en las diferentes etapas del proceso es fundamental para concretar los objetivos.

Las instituciones trabajan junto a organizaciones de la agricultura familiar, desarrollando capacidades a través de asistencia técnica y procesos de extensión e investigación, con el objetivo de garantizar el derecho a este recurso básico por parte de cada familia productora. El aporte de soluciones estructurales resulta en capacidades instaladas y en obras sustentables que logran atenuar los efectos del cambio climático.

En general, se trabaja en forma articulada con proyectos que benefician a una comunidad o a un grupo de familias. Cuando se logra bombear y conducir el agua desde una toma, arroyo, río o vertiente hasta un puesto en medio de la estepa; cuando se puede almacenar agua para los animales y regar huertas y chacras; cuando las mujeres no necesitan acarrear el agua en baldes para el consumo familiar, se ha logrado mejorar la capacidad productiva y la calidad de vida de la población rural. Esto va más allá del desafío técnico superado: significa arraigo, vivir de la tierra y un futuro productivo.

Gana fuerza entonces la política que entiende al agua no solo como recurso, sino como derecho y bien común.

Estas y otras experiencias se compartirán en las “Primeras Jornadas Patagónicas de Acceso y Gestión del Agua en la Agricultura Familiar-Trabunco”, del 27 al 28 de noviembre en Plottier, Neuquén, en la sede del Instituto para la Pequeña Agricultura Familiar (IPAF).

Se espera que participen instituciones, universidades, organizaciones de productores, profesionales y estudiantes.

En la organización de este evento, de carácter gratuito, trabajan el Ministerio de Producción e Industria de Neuquén, la Secretaría de Agricultura Familiar, Coordinación y Desarrollo Territorial de la Nación; el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Programa ProHuerta (INTA-Ministerio de Desarrollo Social), la Universidad Nacional del Comahue y el Instituto de Tierras, Agua y Medio Ambiente (Itama). Los interesados en participar pueden escribir a jornadaspatagonicasdeagua@gmail.com

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12.000
La cantidad de familias que componen el sector de la agricultura en la Patagonia.

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Agricultura

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