Después de una guerra

Redacción

Por Redacción

La devastación y la pobreza que caracterizaron a Alemania tras la Segunda Guerra Mundial brindaron el entorno ideal para Aldi, que habría inventado lo que se conoce como “tienda de descuento” (“hard-discount”). El formato –aproximadamente la décima parte del de un hipermercado y con una dotación de personal más pequeña– después de alguno que otro fracaso, como sucedió en Italia, fue imitado con éxito desde los 80 incluso por las grandes cadenas internacionales. En la Argentina comenzó a notarse el modelo en 1997, con escasa publicidad y unos 700/800 artículos de marcas propias o de segunda (frente a los 14.000 ó 15.000 de un hipermercado). Reducidos márgenes de ganancias permitieron que a veces se vendieran a precios iguales y tal vez más bajos que en los comercios de grandes superficies. En la Federación Argentina de Supermercados (FAS) señalaron en ese momento que “el mercado se repartía o segmentaba y que ganaban y ganarían quienes fueran buenos operadores y perdían y perderían aquellos que no soportaran la hipercompetencia”.


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