Control de plagas en nogales

La expansión del cultivo de nogales en la región conlleva habitualmente la aparición de diferentes plagas. A raíz de una inquietud planteada al INTA por productores y técnicos de la zona de Lamarque, desde la Estación Experimental Agropecuaria Alto Valle y la Agencia de Extensión Rural Valle Medio se realizó una estrategia de intervención que incluyó el uso de plaguicidas de bajo impacto ambiental, la liberación de insectos parasitoides, el monitoreo permanente de la dinámica de las plagas, la implementación de técnicas culturales de manejo, el involucramiento directo de los actores y el aporte del Programa Pro Huerta, del Ministerio de Desarrollo Social.

Al final de la temporada 2016/2017, fruticultores de pepita de dicha zona detectaron capturas elevadas de carpocapsa y transmitieron su preocupación a la Agencia local de INTA, la que realizó un relevamiento de plagas en los distintos montes vecinos y organizó una reunión para socializar información junto a investigadores del Área de Sanidad Vegetal del INTA Alto Valle.

Se acordó entonces iniciar un ensayo en un monte de nogal de un pequeño productor, donde se verificó el 6% de daño en frutos a cosecha por carpocapsa “Cydia pomonella” y polilla del algarrobo “Ectomyelois ceratoniae” (plaga muy similar a carpocapsa y presente también en nuestros montes de nogales).

Con el objetivo de bajar el nivel de daño de ambas especies se implementó una estrategia sanitaria de bajo impacto ambiental integrando herramientas de control biológico, siempre con el aporte y cooperación de los productores y técnicos para la búsqueda de soluciones, para consensuar el diagnóstico y definir la propuesta a desarrollar.

De esta manera se gestó una experiencia que supo hacerse una pregunta clave: ¿cómo transformar un gran problema en una solución innovadora válida para la zona y otras regiones nogaleras? La respuesta hallada implicó un abordaje articulado entre investigadores y extensionistas, que contó con tres componentes básicos: a) monitoreo semanal, b) tres aplicaciones de insecticidas banda verde (productos que no representan un peligro agudo en su uso normal) en conjunto con la Técnica de Confusión Sexual para carpocapsa y c) liberaciones del parasitoide autóctono Goniozus legneri, que tiene la habilidad de controlar una amplia gama de lepidópteros (polillas), entre ellos las plagas ya mencionadas.

Se hicieron así 19 liberaciones del parasitoide a campo, que totalizaron 84.700 individuos en toda la temporada. Estos insectos fueron criados en el Cemubio (Centro Multiplicador de Biocontroladores) del INTA Alto Valle y fueron enviados semanalmente a la Agencia para su colocación en el campo.

Finalizado el ensayo, uno de los resultados concretos fue que se logró de manera efectiva el saneamiento de las plagas, porque no se registraron daños durante la temporada. “Todos los diagnósticos decían que nos iba a llevar dos años bajar la presión de las plagas, pero con la estrategia sanitaria utilizada, que es la primera vez que se prueba en la Argentina, en seis meses logramos el objetivo y cosechamos nueces de excelente calidad”, manifestó el productor Alberto Arellano. Otro de los méritos de este trabajo colectivo fue que los actores involucrados se comprometieron y pusieron en práctica la teoría de la sinergia, según la cual los resultados son superiores a la suma de los efectos individuales.

“Fue una experiencia extraordinaria, con trabajo conjunto y compromiso en los controles sobre la hectárea que se destinó al estudio”.

Alberto Arellano,

productor

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