“El gobierno apuesta a un modelo de salarios bajos y renta financiera”

Fue uno de los pocos especialistas que advirtió de los desajustes macroeconómicos hace más de un año, cuando la gestión parecía gozar de su apogeo. Economista joven, Agustín D’Attellis es una voz crítica del momento que atraviesa la economía nacional. En diálogo con “Pulso”, el especialista destacó las inconsistencias del Presupuesto, y los errores de política que a su entender generaron la crisis en ciernes.

PREGUNTA- ¿Qué impresión le produce el Presupuesto 2019?

RESPUESTA- Mi posición ha sido crítica desde que se presentó el proyecto. Con una economía en plena recesión, sumar un ajuste de la magnitud que plantea el presupuesto, es una locura. Lo único que va a generar es una profundización de la recesión. Es un presupuesto donde, producto de las malas decisiones de los últimos dos años, la segunda partida más importante, es la de los intereses de la deuda, algo que no sucedía desde hace mucho tiempo. Por cada $ 100 que el presupuesto destina al pago de la deuda, se destinan solo $ 25 a salud, $ 11 a ciencia y tecnología, y $0,1 a cuestiones vinculadas a la industria. Toda una definición del modelo que persigue el gobierno.

P- ¿Cuál es ese modelo?

R- Un modelo agroexportador y de servicios, con salarios bajos, donde además se prioriza la renta financiera.

P- ¿Es viable ese modelo?

R- Es un modelo que en Argentina siempre ha conducido a enormes crisis. Pero aun si llegara a funcionar, es un modelo que genera exclusión y que implica “dejar afuera” a 20 millones de argentinos. Sin políticas industriales no hay forma de generar empleo.

P- ¿Son reales los parámetros del presupuesto?

R- Las metas macro que plantea el proyecto quedaron obsoletas antes de que el presupuesto se convierta en ley. Prevé 23% de inflación el año que viene, cuando este año terminará con una inflación del 50%. Espera un dólar a $ 40 en promedio. Y un crecimiento del -0,5%, cuando el propio FMI ya anticipa al menos una caída del 1,6%.

P- ¿El FMI abrió la puerta para que el gobierno realice el ajuste al que no se atrevió en el 2016?

R- Creo que en efecto, el gobierno siempre creyó que era necesario un fuerte ajuste con medidas de shock, pero advirtió que necesitaba gobernabilidad, y entonces nació el gradualismo. Eso llevó a agravar la situación de déficit, a financiar esos déficit con endeudamiento, y a una enorme rueda de especulación financiera. La crisis que se generó precipitó el pedido de ayuda al FMI, y hoy el FMI sirve como excusa para poder aplicar estas políticas de shock que no pudo aplicar de entrada.

P-¿Shock o gradualismo son las únicas alternativas posibles?

R: Yo creo que no. Que una economía como la argentina necesitaba enfrentar la restricción externa que se manifestaba en 2015 con políticas activas de oferta, con políticas industriales, con un rol activo del Estado.

P- ¿Es sustentable un programa monetario restrictivo con aumentos simultáneos en tarifas y combustible?

R- Es el problema que ha tenido el gobierno desde el inicio de la gestión. Convencidos de que la inflación es un problema netamente monetario, intentaron hacer política monetaria contractiva vía altas tasas de interés y aspirando pesos vía Lebac. Llamativamente por lo contradictorio, al mismo tiempo aumentaron las tarifas, dolarizaron el precio en origen de los combustibles y la energía eléctrica, y desregularon el mercado de combustibles. En definitiva generaron inflación de costos por un lado, y aplicaron restricción monetaria por el otro.

P- ¿La inflación solo baja con recesión?

R- Evidentemente un ajuste de las variables macroeconómicas que genere una fuerte recesión, a la larga permite controlar el proceso inflacionario. La pregunta es ‘hasta donde’ la sociedad argentina va a soportar el ajuste. La variable clave para el gobierno es la capacidad de resistencia de los ajustados.

P- ¿Sirve el reemplazo de Lebacs con Leliq?

R- La única ventaja que exhiben las Leliq, es que solo las pueden operar los bancos. Pero del otro lado de los bancos, están los depósitos. Y en algún momento, la bola de intereses que crece al ritmo de estas letras, alguien la va a tener que pagar. Es la misma situación que antes. Se congela la base monetaria hoy en términos nominales, a cambio de hacerla crecer exponencialmente en un futuro cercano. Los depositantes todavía creen. Pero puede llegar el momento en que se den cuenta de que no hay crédito porque subieron los encajes, y esos encajes están remunerados con una letra que capitaliza semanalmente al 74% anual, lo cual podría generar un serio problema de falta de confianza.

P- ¿Cómo anticipa que puede ser el fin de año de 2018?

R- No veo un escenario de caos o de estallido. Sin embargo está claro que va a ser un fin de año muy difícil. En términos de indicadores referidos al mercado interno, como industria, comercio, o consumo, va a ser dramático. La actividad económica va a seguir cayendo, porque hay que considerar que la comparación interanual es con los mejores meses de 2017, con lo cual el contraste será una caída muy fuerte. Y por otra parte, hay que contemplar el crecimiento de la conflictividad social, especialmente en el conurbano bonaerense. Entiendo que el gobierno buscará contener la situación mediante las partidas especiales de gasto social acordadas con el FMI. Y para los sectores medios será cada vez más visible la situación de ajuste.

Perfil

Agustín D’Attellis

Pulso Entrevista: Agustín D’Attellis, economista

Datos

Agustín D’Attellis es licenciado en Economía en Universidad de Buenos Aires (UBA).
Especialista en macroeconomía y mercados financieros, es docente e investigador de la UBA.
Columnista habitual en los medios de comunicación, condujo el programa “Economía 4D” en CN 23 y en AM 750.
Dirige la consultora Ágora Consultores.

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