El valor de las imágenes satelitales

La posibilidad de acceder a información sobre los recursos naturales sin necesidad de movilizarse hacia el lugar de estudio y conformar una base de datos histórica son algunas de las ventajas que ofrece la tecnología espacial.

Alrededor de nuestro globo terrestre orbitan gran cantidad de satélites con múltiples funciones: de posicionamiento (GPS), de comunicaciones (Arsat-1, de industria argentina), meteorológicos (GOES) y de monitoreo terrestre (SAC-C, de industria argentina).

Los sensores que poseen permiten capturar más información de la que podría visualizar el ojo humano. Un ejemplo de ello son las imágenes en el rango infrarrojo o térmico del espectro electromagnético que sirven para diferenciar elementos aparentemente iguales bajo la luz solar. Los avances tecnológicos en el desarrollo de estos sensores permitieron mejorar la resolución espacial de las imágenes que generan: mientras que los más antiguos abarcaban kilómetros, en la actualidad discriminan elementos a escala de centímetros.

Los proveedores de imágenes satelitales más conocidos son la NASA (agencia espacial de Estados Unidos) y la ESA (Europa). Nuestro país cuenta con su propia agencia espacial: la Conae (Comisión Nacional de Actividades Espaciales). Esta institución lanzó el satélite Saocom 1A a principios de octubre de este año junto con la empresa Invap. Este satélite presenta la innovación de contar con un sensor Radar (o de microondas) que permite operar tanto de día como de noche, sin ser afectado por la nubosidad.

La disponibilidad de imágenes y su accesibilidad al público en general también se modificó con el tiempo. Tal es así que hoy en día cualquier usuario puede descargar algunas imágenes satelitales y trabajar con ellas sin incurrir en enormes gastos y/o solicitudes a organismos públicos que conllevan mucho tiempo.

Debido a la posibilidad de obtener información de extensas áreas en forma periódica, los satélites se han transformado en una herramienta importante para controlar y monitorear fenómenos ambientales e inventariar recursos naturales. Entre los objetos de estudio se encuentra la vegetación, el crecimiento de la superficie urbana, modificaciones en el tamaño y curso de los cuerpos de agua.

Particularmente, desde el Laboratorio de Teledetección de la EEA Valle Inferior (INTA) se utilizan todas las imágenes que se encuentran disponibles de satélites de observación terrestre (Modis, LandSat, Sentinel, SPOT, entre otros). Con este insumo se realiza el monitoreo de la vegetación en la región del monte Oriental donde se practica ganadería extensiva, caracterizado por ser un sistema donde coexisten arbustos y gramíneas.

Utilizando la información obtenida a campo sobre el estado del pastizal se realizan mapas para diferenciar las zonas con mayor acumulación de biomasa (combustible) y que podrían aumentar la probabilidad de ser afectadas por incendios. Durante la época estival se monitorea en forma diaria el número de eventos que ocurren, su avance, intensidad y la superficie que afectan. Además las imágenes también son útiles para estudiar la evolución de la superficie sembrada con cultivos en el área irrigada, el estado fenológico que presenta la vegetación y los cambios en la superficie desmontada en el área de secano.

Otro aspecto a destacar es la posibilidad de armar series históricas de imágenes y visualizar cómo sucedieron los procesos que dieron origen al estado actual en que se encuentra el pastizal natural. Es posible analizar acontecimientos del pasado sin necesidad de una máquina del tiempo. Las primeras imágenes satelitales a las que tenemos acceso corresponden al año 1972 (LandSat 1). Los satélites de menor antigüedad, como Modis que comenzaron a capturar imágenes a partir del año 2000, presentan una frecuencia de paso diaria sobre nuestro territorio y generan productos cada 16 días. La existencia de mayor cantidad de imágenes por período de tiempo favorece la precisión de los datos que se obtienen.

Los satélites brindan información útil a distancia del objeto de estudio, sin la necesidad de movilizarse hasta el lugar. En los últimos años se han convertido en una herramienta indispensable para el estudio y monitoreo de los recursos naturales a nivel regional.

Un claro ejemplo de la forma en que el avance tecnológico puede mejorar cualitativamente la producción.

“Los satélites ofrecen información de alta resolución espacial, espectral y temporal para el monitoreo de los recursos naturales”.
Daniela Echevarría,EEA Valle Inferior INTA

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Un claro ejemplo de la forma en que el avance tecnológico puede mejorar cualitativamente la producción.
3.500
La cantidad de satélites artificiales en funcionamiento que orbitan alrededor de la Tierra.

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