La acción colectiva mejora la rentabilidad en la venta de lana

Por quinto año consecutivo se llevará a cabo en General Conesa un proceso asociativo que implica la esquila, acondicionamiento y enfardado de lana para su posterior venta.

En el valle de Conesa, los pequeños productores ovinos poseen majadas chicas, en promedio 80 animales, y de razas cruzas. El sistema productivo se orienta principalmente a la carne con la obtención de corderos que son comercializados en su mayoría en épocas festivas. La producción de lana sigue siendo considerada complementaria, realizándose esquila de tipo tradicional sin clasificación de la fibra con venta a mercachifles o a pequeños acopiadores recibiendo un precio no acorde al producto entregado. No obstante, en los últimos cuatro años ha recobrado importancia.

Durante el 2014, un grupo de 11 productores con el acompañamiento de la Agencia de Extensión Rural INTA Conesa, conformaron un centro de acopio, en cual acondicionaron sus lanas y consiguieron a través del agregado de valor mejorar su comercialización.

El desarrollo fue posible con la implementación del Programa Prolana, programa nacional creado con el propósito de asistir al productor lanero de todo el país para el mejoramiento de la calidad de la lana, de su presentación y condiciones de venta.

Dentro de los requisitos del programa se encuentra la Esquila Tally Hi, que implica que los animales se esquilen desmaneados favoreciendo el bienestar animal y mejorando la postura del esquilador. Este sistema permite obtener vellones enteros sin “dobles cortes”, mejorando la presentación de la lana. En cuanto a la infraestructura requerida se necesita un piso de fácil barrido para evitar la contaminación de la fibra y un techo tal que permita amortiguar tanto lluvias como la incidencia del sol.

Los productores, entre los que se incluye una escuela Agrotécnica, junto a los técnicos que acompañan, organizan una “hoja de ruta” para que una comparsa certificada por Prolana recorra todos los establecimientos inscriptos. En cada lugar se realiza la esquila, acondicionamiento, clasificación y enfardado de lana. En esta instancia se realiza el primer muestreo de la fibra, el “de puño”, con el que se obtienen datos de largo de mecha, punto de rotura y resistencia a la tracción a partir de análisis de laboratorio.

Luego, los fardos son transportados por los productores al centro de acopio que tiene lugar en un galpón de la Sociedad Rural. Al ingreso se registra su peso y se completan los muestreos, en este caso corresponde al “de calado” que arroja resultados de finura, rendimiento al lavado, color y porcentaje de materia vegetal. Con los análisis objetivos de laboratorio –que permiten conocer la calidad de la lana– y la cantidad total acopiada se procede a realizar un concurso de precios y venta por licitación entre las empresas participantes.

Durante los cuatro años que lleva la experiencia, los volúmenes mínimos comercializados fueron de 4709 kg y los máximos de 9450 kg. En ese mismo lapso, los precios de venta obtenidos fueron un 70% más altos, en comparación con ventas individuales. La liquidación final a cada uno de los productores es realizada en base a los kilos entregados que forman parte de un único lote.

Los buenos resultados económicos logrados, la implementación de herramientas a través de la ejecución de proyectos y la confianza generada a través del sostenimiento de la iniciativa, llevaron a que en esta zafra 2018 se registren un 80% más de establecimientos en relación al primer año (2014).

En este contexto, Liliana Burgos productora ingresante expresa “quiero crecer y mejorar la producción, incorporar tecnología; por eso me sumo a la experiencia asociativa para no mal vender la lana”.

En esta zafra se incorpora al equipo técnico, el Ente de Desarrollo de General Conesa (Endecon). El Veterinario Marcos Carosso, miembro del área Técnica explicó que el organismo “se suma al programa que viene desarrollando el INTA, lo cual resulta en un mayor beneficio para los productores, ya que se complementan las asistencias que brindan ambos organismos”. En el caso del Endecon, se lanzó una línea de prefinanciación de esquila a tasa 0%, que el productor devuelve al momento de la venta de la producción. “Trabajando junto a los productores hemos observado la necesidad de realizar tratamientos de ectoparasitosis, por eso el Endecon adquirió una manga jetter para duchas sanitarias de la majada. De esta manera, se pone una herramienta más al alcance de los productores ovinos”, aseguró el profesional del Ente de Desarrollo.

Dato

“La integración de los productores y el agregado de valor al producto permiten al conjunto obtener un mejor ingreso económico”.
Mariana Dacal, médica veterinaria AER INTA Gral. Conesa

Rural Pulso

Datos

70%
La mejora en los precios mediante la venta colectiva, en comparación con la comercialización individual.

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios