La importancia del bienestar animal

En la actualidad, de las 53 millones de cabezas existentes en la Argentina, aproximadamente 625 mil pertenecen a Río Negro, provincia que desde 2013 está incluida en la zona libre de aftosa sin vacunación.

Dicho estatus sanitario, abre desde hace tres años nuevas oportunidades para exportar. La zona del Valle Medio de Río Negro no ha quedado fuera de esta realidad, ya que es un territorio afianzado en cuanto a ganadería, actividad en constante desarrollo y crecimiento.

Los principales importadores de carne vacuna fresca argentina son China, Chile, Israel, Rusia y Alemania. Desde el año 2002, la Unión Europea ha puesto énfasis en el bienestar animal, aplicando complejas normas para la producción de carne y una serie de exigencias hacia las naciones proveedoras. La introducción de este tipo de prácticas ganaderas en nuestro país podría ser un factor de competitividad frente a otros exportadores, y a la vez constituir una oportunidad para mejorar lazos comerciales.

¿Qué significa bienestar animal? El concepto general hace alusión a las condiciones del medio donde se encuentran los animales y su relación con el ser humano.

En 1993, el Consejo Británico reformuló una serie de estándares mínimos a los que denominó “las cinco libertades del bienestar animal”: fisiológica, ambiental, sanitaria, comportamental y psicológica. Toda transgresión de las normas básicas de manejo (por ejemplo, el uso de métodos violentos) se traduce en pérdidas económicas.

Uno de los principales enemigos de la calidad de la carne es el mal manejo de los animales en sus últimas horas de vida. Las pérdidas anuales por hematomas, solo en Estados Unidos se estiman en 35 millones de dólares. También se ha comprobado que el estrés por maltrato prolongado, previo a la faena produce carne púrpura u oscura (darkcutters). En Estados Unidos se ha documentado que el 5% de los novillos o vaquillonas tienen carne oscura por esa causa, y que si el maltrato antes de la matanza es breve y no prolongado, el estrés consiguiente produce carne dura, problema que afecta al 25% de las reses en ese país.

Si bien no existen datos sistemáticos sobre las pérdidas emergentes por maltrato en Argentina, se cuenta con información de que en Estados Unidos y Uruguay oscilan entre el 4 y el 7 % del valor del animal faenado.

Es decir que el bienestar animal es sinónimo de buen manejo, práctica que no debería ser vista como una traba por el productor ganadero, ya que está orientada a eliminar pérdidas y reducir el riesgo de accidentes en el trabajo del ganado para obtener beneficios como menor morbilidad y gasto en medicamentos, menor mortandad, mejores rindes al engorde, mayor mansedumbre del ganado, menor inversión y mantenimiento de instalaciones.

Aunque dentro de los cambios necesarios para implementarlo se incluye el mejoramiento de la infraestructura, la clave está en modificar las costumbres en el manejo, ya que en los detalles (en su conjunto) reside el éxito de esta disciplina.

Sin ir más lejos, tomar algunas medidas como el uso de banderas para arriar la hacienda y no perros y/o caballos, además de evitar las picanas y palos elimina factores estresantes para el animal. También ayuda a prevenir lesiones que van a repercutir en los decomisos en los frigoríficos.

En conclusión, comenzar a implementar y poner en práctica el bienestar animal en nuestra zona se visualiza como una necesidad estratégica con alto potencial, no solo para evitar pérdidas innecesarias en la producción de carne, sino para facilitar el camino de la inserción de nuestro producto en el mercado internacional, dadas las ventajas del estatus sanitario de la región patagónica.

Datos

“La clave está en modificar las costumbres en el manejo, ya que en los detalles reside el éxito de esta disciplina”

Julián Bustos Llorente UNRN, Becario INTA-AUDEAS