“Los mercados prestarán mucha atención a las elecciones en las provincias”

Una de las consultoras de opinión más prestigiosas, referente al momento de relevar intención de voto y percepciones respecto al estado de la economía, es Management & Fit. Matías Carugatti es su economista jefe, y en dialogó con PULSO brindó la visión que mantienen en la consultora respecto a lo que depara el año que inicia.

PREGUNTA- ¿Qué esperan para el año 2019?

RESPUESTA- Es difícil predecir lo que pueda suceder este año por el contexto electoral. La política va a influir sin duda sobre la dinámica financiera y luego sobre el resto de la economía. Lo que hacemos nosotros es manejar un escenario base, y acompañarlo con uno más optimista y otro menos optimista. En pocas palabras, lo que esperamos es un 2019 ‘menos malo’ que 2018. La actividad comenzará a recuperarse en el segundo trimestre, principalmente por la cosecha, y porque los salarios quizá recuperen algo de terreno. En cuanto a los precios estimamos que la inflación se estacionará en el rango del 30% a fines de este año. Respecto al tipo de cambio, si bien puede mostrar mayor volatilidad, esperamos que se siga moviendo dentro de la zona de no intervención que estableció el Banco Central.

P- ¿Es un contexto económico propicio para la reelección?

R- Si el gobierno logra combinar algo de recuperación económica con inflación a la baja y estabilidad cambiaria, los indicadores de opinión pública mejorarían. La discusión electoral seguirá abierta, pero con chances ciertas de que el gobierno reelija.

P- ¿Observa alguna variable que pueda romper esa lógica?

R- Será clave prestar atención a la forma en que se mueven las variables financieras en este escenario. Ese es el factor que puede aportar mayor volatilidad. Sobre todo porque si bien las elecciones nacionales ya tienen un calendario previsto, hay muchas provincias que están desdoblando. No en todos los casos el resultado va a ser favorable al gobierno, y los mercados irán haciendo sus interpretaciones al calor de esos resultados. De allí que puede haber volatilidad.

P- El gobierno terminará su mandato con los indicadores peor que como los recibió ¿se equivocó o tuvo mala suerte?

R- Creo que hay una conjunción de cosas. Por un lado hubo errores de diagnóstico. Por ejemplo al subestimar el paso a precios de la devaluación o al evaluar el contexto internacional en el que iba a actuar la Argentina. Eso combinado con un exceso de confianza. Creyeron que solo con el cambio de gobierno y el arribo de funcionarios que provienen del sector privado, las cosas iban a cambiar pos sí solas. También hubo errores en la implementación de ciertas medidas. Y también hubo una cuota importante de mala suerte por la situación en Turquía o la suba de tasas en EE. UU., que generó un flujo de capitales en contra de Argentina.

P- ¿Por qué los elogios que recibe el gobierno en el exterior no se traducen en inversiones reales?

R- Son discusiones diferentes. Trump o Merkel ven en Macri alguien capaz de revertir el sendero de estancamiento de Argentina, y aprueban sus lineamientos de política económica. Pero no son los presidentes los que van a aportar capital a nuestro país. Las empresas extranjeras valoran el esfuerzo del gobierno, pero a la hora de invertir observan las condiciones macro que exhibe hoy Argentina, y no están convencidos de apoyar al gobierno con su dinero tal como apoyan con las palabras.

P- ¿Fue un error aplicar la apertura financiera de entrada?

R- Hablando con el diario del lunes, está claro que no fue la decisión más acertada. Si bien había un objetivo de fondo que fue integrarse financieramente con el mundo, lo cual puede tener sentido, el gobierno no tuvo el timing adecuado y aceleró demasiado. Tal vez hubiera sido más sensato no liberalizar todo tan rápido. Pero eso lo decimos hoy, cuando ya sucedió.

P- ¿Qué opina respecto a la política antiinflacionaria?

R- El año 2018 finaliza con la inflación más alta desde la salida de la convertibilidad. El gobierno equivocó el diagnóstico en materia de precios. Es cierto que hacía falta corregir los precios relativos, tipo de cambio y tarifas. Pero afirmaban que la devaluación y los tarifazos no se iban a trasladar a precio, lo que finalmente sí ocurrió. Hoy estamos atados a esa inercia, en que los precios aumentan al ritmo que traían ayer, lo que alimenta las expectativas de más inflación.


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