Se desploma el crédito minorista

El golpe que recibió la actividad económica desde la segunda mitad del año pasado, ya se refleja en una fuerte baja del crédito privado. La financiación de consumos con tarjeta de crédito se redujo un 12,7% en términos reales (es decir sin contabilizar el efecto de la inflación), durante los últimos doce meses. Por su parte los créditos personales mostraron una baja real del 18% en el mismo periodo.

Los datos surgen del “Informe Monetario” correspondiente al último mes de 2018, publicado esta semana por el Banco Central (BCRA). El relevamiento presentado por la autoridad monetaria resalta que “esto ocurre en un contexto de caída de las ventas en centros de compras, que –de acuerdo al último dato disponible– en octubre presentan una caída real interanual de 18,7%”.

La explicación más contundente sin embargo, surge más adelante cuando se detallan los niveles que registran las tasas de interés que deben afrontar los consumidores al momento de financiarse. Para el caso de los préstamos personales, la tasa promedio asciende al 63,4%, mientras que para los adelantos en cuenta corriente, llega al 70,79%. En tanto si se opta por financiar los consumos con tarjeta de crédito abonando el pago mínimo, la tasa oscila entre el 105% y el 110%, dependiendo de la entidad bancaria.

El panorama muestra a los usuarios y consumidores aplicando una estrategia de austeridad, evitando tomar deuda, y postergando el consumo de bienes durables y de gastos de placer vacaciones y esparcimiento.

La situación sin embargo, afecta por igual a las empresas medianas y pequeñas, que se ven impedidas de apelar a una herramienta financiera de uso extendido como el descuento de documentos. Según el informe del BCRA, para tal operatoria la tasa promedió el 64,9%, haciendo inviable el financiamiento minorista para un enorme segmento productivo.

La dinámica actual del dólar, cercana al límite inferior de la banda de flotación, hace suponer una baja progresiva de las tasas de referencia, aunque la misma se anticipa como muy gradual.

Las altas tasas de interés aplicadas para contener el tipo de cambio llevan a los usuarios a una estrategia de consumo con racionalidad.

Consumo Pulso