Una de las características de la actual fase de globalización

“La intensificación de los flujos de inversión extranjera directa (IED) es una de las características constitutivas de la actual fase de globalización”, señalaron Cecilia Fernández Bugna y Fernando Porta, integrantes de Redes, Centro de Estudios sobre Ciencia, Desarrollo y Educación Superior. Las casas matrices de las empresas transnacionales (ET) tienden a organizar su producción y comercialización a esa escala, utilizando sus subsidiarias y firmas aliadas. “Estas estrategias se despliegan en una lógica global o a veces regional –explicaron–, de modo de poder explotar especificidades de mercado, aprovechar economías de aglomeración y saltar las barreras no arancelarias y medidas de efectos equivalentes”. Por tercer año consecutivo las naciones de la zona captaron en el 2012 montos crecientes de IED, atribuidos por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) al “sostenido crecimiento económico de la región, los altos precios de las materias primas y la elevada rentabilidad de las inversiones asociadas a la explotación de recursos naturales”. Para este año la Cepal pronosticó que los ingresos de IED se ubicarán entre una caída del 3% y un aumento del 7%. Pese al “buen momento” de la economía de América Latina, Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal, no observó “indicios muy claros de un aporte relevante de la IED a la generación de nuevos sectores o la creación de actividades de alto contenido tecnológico, considerando que uno de los principales desafíos que enfrenta la región es un cambio en su estructura productiva”. En realidad, la IED se orienta “cada vez más hacia la explotación de recursos naturales, en particular en América del Sur”. El peso de la manufactura es bastante limitado, excepto en Brasil y México. Por otra parte, las utilidades de las ET que operan en América Latina y el Caribe se incrementaron 5,5 veces en nueve años: pasaron de 20.425 millones de dólares en el 2002 a 113.067 millones en el 2011. En promedio, repatriaron a sus casas matrices una proporción de sus utilidades ligeramente superior (55%) a la que reinvirtieron en los países de la región donde se generaron (45%). Brasil continuó siendo el principal receptor de IED, pese al leve descenso del 2% registrado en el 2012, cuando recibió 65.272 millones de dólares, el 41% de los flujos regionales. En el 2012 los aumentos más importantes se concentraron en Perú (recibió 12.240 millones) y en Chile (30.323 millones), transformándose este último en el segundo destino más importante de IED. (Ver infografía) Estados Unidos y los países de la Unión Europea siguieron siendo los principales inversores, destacándose también Canadá y Japón. No obstante, en el 2012 creció de forma importante la proporción de IED procedente de los propios países de la región (14% del total). La Cepal realizó una primera aproximación a los efectos de los empleos directos anunciados por los inversionistas para ampliar la capacidad productiva. Comercio y construcción fueron las actividades que crearon más puestos (siete por cada millón de dólares de inversión), seguidas por la industria manufacturera y los servicios (tres) y la minería y el petróleo (uno, pero cada dos millones). De cualquier manera, el sector agropecuario desempeñó un papel estratégico frente a los desafíos demográficos y climáticos.


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