Purgas del gobierno llegaron a Gendarmería: relevaron la cúpula
Pasó a retiro a 12 de los 16 comandantes que encabezaban la conducción.
El gobierno de Néstor Kirchner decidió ayer sorpresivamente remover a la cúpula de la Gendarmería Nacional para «optimizar» su accionar, luego de una serie de «hechos sucedidos» que pusieron a la fuerza «en situación no deseada».
Así, con mucho enigma más que precisiones, lo anunció ayer el ministro del Interior, Aníbal Fernández, quien, como responsable político de la fuerza, anunció que 12 de 16 comandantes generales que hasta ahora integraban la conducción del organismo pasaron a retiro.
La impronta política es «asistir con nuestra fuerza todos los operativos del aérea metropolitana y en cualquier lugar del país», en especial contra «el terrorismo, la droga y el contrabando», dijo el ministro.
El actual jefe de la Gendarmería será el comandante Pedro Pasterisse, quien se desempeñaba como inspector general de la Gendarmería, y como número dos fue designado Héctor Schenone, hasta ayer director del Centro Antidrogas de la fuerza.
Fuentes de la cartera política señalaron que los cambios no fueron producto de una decisión repentina, sino que surgieron de un pormenorizado análisis de cada caso durante los últimos dos meses.
Los mismos voceros señalaron que tanto el titular como el número dos de Gendarmería debían dejar sus cargos a fin de año por una cuestión de escalafón, por lo cual resultaban inevitables los reemplazos.
No obstante, trascendió que ambos jefes estaban siendo investigados desde principios de 2003 por la Oficina Anticorrupción ante presuntas negociaciones incompatibles con sus funciones en la fuerza.
En una conferencia de prensa en la Casa de Gobierno, el ministro prefirió no puntualizar cuáles fueron los «hechos que han sucedido y que han puesto a la Gendarmería en una situación no deseada» en las últimas horas, según sus expresiones.
Fernández reseñó que «la presencia de las fuerzas de seguridad en los medios de comunicación tiene que estar dada por la tarea específica que llevan a cabo, y (en el
caso de Gendarmería) no había sido exactamente de esa manera en los últimos tiempos».
De hecho, el último domingo, se supo que cinco camiones chilenos fueron robados en la provincia de Córdoba por parte de un grupo comando vestido con ropas de gendarmes, mientras que al día siguiente se informó que una adolescente denunció haber sido violada en el partido de Pilar por tres uniformados de esa fuerza.
Pero fuentes de la Gendarmería minimizaron la posibilidad de que los cambios dispuestos por el Gobierno respondan a estos «pequeños episodios» que no salpicaban a la conducción de la fuerza, según expresaron.
En ese sentido, las fuentes prefirieron dar vía libre a otros rumores, tampoco confirmados, que indicaban que los actuales jefes de la Gendarmería, al mando de Eduardo Luis González, habrían llevado adelante algunas reuniones donde se habrían escuchado críticas al presidente Kirchner.
Anoche, el diputado Fernando Montoya (UCR-Córdoba), que preside la comisión de Seguridad Interior de la Cámara baja, presentó un proyecto para requerir informes al Gobierno sobre el sorpresivo relevo de la cúpula de Gendarmería. Principalmente, el diputado pretende que el Gobierno detalle «cuál es la situación no deseada» que en palabras del ministro del Interior (Aníbal Fernández) habría motivado el relevo de los doce comandantes de la fuerza».
El proyecto de resolución elaborado por el legislador cordobés está orientado a pedir información al Poder Ejecutivo para que indique si los cambios en Gendarmería «tienen relación con la ejecución del Plan Estratégico de Seguridad y Justicia» y si se aplicarán medidas «de esta magnitud» en otras fuerzas de seguridad.
(DyN y Télam)
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