Putin asume la culpa por la tragedia del «Kursk»

Los familiares de las víctimas del hundimiento del submarino demandarán al gobierno

Moscú (EFE).- El presidente ruso Vladimir Putin afirmó ayer que siente «un sentimiento de culpabilidad» por el hundimiento del submarino «Kursk» que causó la muerte de sus 118 tripulantes en el mar de Barents.

«Siento un sentimiento de plena responsabilidad y un sentimiento de culpabilidad por esta tragedia», dijo el presidente a la televisión rusa.

El presidente ruso, que en el momento de la tragedia del «Kursk», el pasado 12 de agosto, estaba de vacaciones a orillas del Mar Negro, regresó a Moscú una semana después.

Putin fue sumamente criticado por su frialdad y ausencia, mientras el país estaba en vilo mientras se intentaba salvar a los 118 tripulantes del sumergible nuclear, botado en 1995.

Altos mandos militares le presentaron su dimisión. Pero Putin anunció que no aceptará la renuncia que le presentaron el ministro de Defensa, Igor Serguéyev, y los comandantes de la Armada, Vladimir Kuroyedov, y de la Flota del Norte, Viacheslav Popov, hasta que se depuren responsabilidades. «Si alguien es culpable, debe ser castigado, pero debemos obtener un cuadro objetivo del accidente», argumentó Putin, que dijo asumir su «plena responsabilidad y culpa».

En tanto, los familiares de las víctimas decidieron demandar por «daños morales» contra «el presidente, el gobierno y el ministerio de Defensa», por «no adoptar medidas suficientes para salvar a posibles supervivientes» del «Kursk».

La fundación no gubernamental El Derecho de la Madre, que defiende los derechos de los familiares de soldados muertos en tiempos de paz, anunció que se hará cargo del asesoramiento jurídico y los gastos de la querella.

La fundación hizo pública una carta abierta a Putin en la que le exigió «reconocer su responsabilidad» en la tragedia del «Kursk» y castigar a todos los funcionarios que «ocultaron a los padres de los marinos y a la sociedad la verdad sobre el submarino».

La prensa mantuvo ayer su duelo con Putin, constatando que el presidente se vio superado por los acontecimientos, pues cada una de sus acciones ha generado nuevas críticas. La última ha fue su promesa de pagar a los parientes del «Kursk» los salarios de diez años de las víctimas, cuando el Estado ni siquiera paga lo prometido a los militares que se juegan la vida en Chechenia..

Rusia de luto por la tragedia

En un día de luto nacional, toda Rusia lloró ayer a los marinos del submarino nuclear hundido en el pasado día 12 en el Artico cuando participaba en unas maniobras.

Los familiares rechazaron participar en las honras fúnebres hasta que se recuperen sus cuerpos, porque no quieren que la tragedia se olvide

Las banderas ondearon a media asta por todo el inmenso Estado, menos en Vidiáevo, la pequeña base naval donde unos 400 familias de los marinos del «Kursk» se vieron ayer con el presidente Putin y descargaron toda su ira.

Las familiares exigieron que cancelara el duelo nacional , pero Putin replicó que era tarde para hacerlo.

Estilo KGB: sedan a una madre que protestaba

PARIS (EFE).- El diario francés 'Le Figaro' ofreció en su edición de ayer un nuevo ejemplo escandaloso de los «métodos soviéticos» empleados en el accidente del submarino nuclear «Kursk».

El periódico muestra el instante en el que suministraban una inyección sedante a la madre de uno de los marinos muertos, instantes después de que criticara con furia a los responsables de la desastrosa operación de salvamento.

Junto al titular «El misterioso pinchazo a una madre rusa en cólera», «Le Figaro» ofrece en su portada un fotograma tomado de la televisión y ampliado, en el se aprecia cómo la madre que arremetió contra Vladimir Putin por su pasividad en la tragedia es abrazada por otra mujer con una inyección en la mano.

«Están ahí, en una caja de conserva. ¿Ustedes tienen hijos? Seguramente que no», gritó la madre ante las cámaras de televisión. Luego se dirigió a la autoridad militar con un «quitaros vuestros galones», en unas imágenes difundidas por la cadena de televisión France 2 el pasado día 19.

Acallar una voz crítica

Para las fuerzas de seguridad, indica 'Le Figaro', esas críticas eran excesivas y «había que hacer callar a esta madre desconsolada. Es entonces cuando la jeringa busca su brazo y atraviesa la ropa. Apartada del primer plano, la mujer se desploma como un bloque, como anestesiada».

Esto se llama, según el diario francés conservador, «una camisa de fuerza química, o la verdad amordazada». El rotativo califica el hecho de «una violencia inaudita» y un «buen reflejo soviético en la nueva Rusia».


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