Que dejen de ser algo natural

opinión

Las redes sociales explotaban con mensajes de apoyo hacia Javier Cantero, presidente de Independiente. En algunos pocos medios se le daba importancia al “reclamo” de los barras bravas que entraron de prepo el jueves a la oficina de Cantero en la sede del club para mantener allí un tenso diálogo de media hora. Los barras invocaban como causa de sus protestas el supuesto alto salario de un gerente del club. El anterior, cuando el presidente de Independiente era Julio Comparada, ganaba más, pero los barras, entonces, no protestaban. Claro, tenían poder dentro del club. “Me alegro de que ahora sí se preocupen entonces por las finanzas del club”, ironizó ayer Cantero. El dirigente aclaró que no sufrió “amenazas físicas ni verbales” en la reunión de ayer. Pero decidió iniciar un rally mediático “a modo de protección”. Contó que tenía “miedo”, pero que, aún así, mantendrá firme su postura hasta 2014, cuando finalice el mandato para el cual lo votaron los socios, no un grupo de barras bravas. Cantero dijo también que no se sentía solo. Que había hablado con Julio Grondona y pediría una reunión en la AFA porque también hay otros dirigentes que quieren decirle basta a la extorsión de la barra, tras lo cual citó a Enrique Lombardi, presidente de Estudiantes. En noviembre pasado Lombardi aclaró que su gestión cortaría de cuajo la entrega de entradas y viajes pagos a la barra y pidió una acción conjunta de todos los clubes para de una vez por todas poner fin a los fanáticos violentos, que no quieren perder su negocio. En la TV Fox destacaban a Cantero. Sin embargo, escépticos, los periodistas le preguntaban hasta cuándo creía que podría mantener su postura: “hasta 2014, cuando finalice el mandato que me dieron los socios”, respondió el dirigente. Más claro imposible. Sólo un año atrás, un dirigente opositor de un club de Primera tenía decidido postularse a elecciones. La barra, me cuentan cerca del club, se enteró que un familiar del dirigente, envuelto en un problema personal, terminó cayendo preso. “Quedate tranquilo, nos encargaremos de que no tenga problemas en la cárcel. Si necesitás algo avisanos”, fue el mensaje que recibió de los barras. Todos lo sabemos.. Cuando cada tanto un dirigente honesto del fútbol enfrenta a los barras, el problema termina disparando hacia otros lugares. Porque hay barras que no sólo se jactan de sus contactos con la policía, sino también con sindicatos y políticos. Los benditos padrinos. Denuncias de amenazas en Colo Colo, el principal club chileno, muertos recientes en Brasil, sede del próximo Mundial, y hasta la acción de “ultras” que en pleno partido llegaron a exigir a jugadores del Genoa italiano que se sacaran las camisetas porque eran “indignos” de vestirlas, demuestran que el problema no es sólo argentino. Pero aquí, es cierto, se ha expandido hasta incorporarse al paisaje natural. Hasta que alguien, como sucede en estas horas con Cantero, dice que no es natural que los barras quieran dirigir a un club. Ojalá no quede solo.

Ezequiel Fernández Moores

Cantero por ahora está solo. ¿Lo acompañarán?


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