¿Qué hacer ante una conjuntivitis?

La conjuntivitis se da con bastante frecuencia y tener los ojos irritados es todo un problema. Las causas de este mal son, por lo general, factores externos.

En primer lugar, puede que la mucosa de los ojos se reseque después de un día extremadamente largo delante del monitor o al hacer un viaje en un coche descapotable. Cuando eso sucede, los ojos necesitan un buen descanso.

Si las molestias son leves, tal vez no sea una conjuntivitis en el sentido cabal del término y puede que el problema desaparezca aplicando unas gotas para rehumectar el ojo. Esas gotas suelen ser de venta libre. Lo único que hay que saber es cómo aplicarlas, porque hay que cuidar que la boquilla del envase no entre en contacto ni con el ojo, ni con las pestañas. Además, basta con aplicarlas dos o tres veces al día.

Pero las molestias también pueden ser más fuertes y manifestarse en forma de una picazón. Y hay gente que siente que tiene granitos de arena en los ojos y reacciona con mucha sensibilidad a la luz.

Cuando se trata de un problema disparado por bacterias, la enfermedad debe ser tratada con antibióticos.

Es importante detectar bien la causa para poder atacarla adecuadamente, pero lo más importante es ser consciente de que la conjuntivitis es muy contagiosa, por lo cual es fundamental evitar tocarse los ojos, cueste lo que cueste. Y si uno se frota los ojos, es fundamental lavarse de inmediato las manos. Además, para evitar contagios, es esencial que los afectados no compartan toallas con otros.

La conjuntivitis disparada por bacterias se hace notar por una secreción espesa, párpados pegados por la mañana y un enrojecimiento de la zona ocular. Además, la infección se manifiesta muy claramente con picazón.

Puede que haya habido un resfrío o una congestión que dispararan la problemática, porque al limpiarse la nariz se genera mucha presión en las cavidades internas y eso hace aumentar el riesgo de contraer una infección.

En ese caso se recomienda aplicar antibióticos en forma de gotas o incluso pomadas, que tienen la ventaja de generar un efecto refrescante que alivia. Pero no se ponga ninguna pomada antes de ir a trabajar, porque la vista se nubla y sería muy peligroso largarse a manejar en ese estado. Es mejor aplicar las pomadas antes de irse a la cama.

Se pueden sumar compresas frías y colocarlas sobre los ojos para aliviar el dolor, pero no les ponga más que agua. Las compresas de té verde o negro parecen en un primer momento una buena idea, pero contienen sustancias que no son inofensivas y pueden transmitir más bacterias o incluso generar reacciones alérgicas.


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