Qué pasa con el retorno de lo real en la literatura
"La literatura actual participa de distintos géneros pero no pertenece a uno en particular", es lo que intentan de
Buenos Aires, (Télam).- Una antología de quince cuentos iberoamericanos, compilados por María Sonia Cristoff, apunta a dejar en evidencia la tensión entre la literatura y otros discursos que la interceptan, en un intento por mostrar qué pasa con ese “acecho a lo real” tan presente en la actual narrativa del continente.
“Idea crónica”, recién publicado por Beatriz Viterbo, “es un proyecto que llevó adelante la Fundación TyPA a partir de la idea de pensar desde la literatura misma qué sucede con esta vuelta de lo real. No es simplemente una reunión de textos, tiene una intención muy manifiesta: ¿qué pasa con ese acecho a la realidad? ¿por qué los distintos lenguajes del arte vuelven a trabajar con lo referencial?”, menciona Cristoff en una entrevista con Télam.
Qué pasa literariamente hablando con este tema tan tratado en la teoría. Muchas veces la respuesta es lo que hoy se conoce como el nuevo realismo. “Nosotros quisimos hacer una propuesta más amplia porque las etiquetas tienden a concentrar determinado tipo de narrativas”.
“Lo interesante que tiene el conjunto de relatos para mí -subraya Cristoff- es que las narrativas seleccionadas no están embanderadas con la cuestión del nuevo realismo. Las etiquetas se caen y muestran sus poros en forma permanente. Por definición lo real nunca es representable, algo que la palabra acecho recalca. Una cuestión que nunca se concreta aunque estoy convencida de que a los escritores siempre les preocupa lo real”.
El origen de la antología fue la idea de plantear esta cuestión de un modo narrativo, ya que se escribe mucho sobre este asunto desde el plano teórico.
“Convocamos a los autores, les dijimos que la consigna era experimentar qué pasa con el retorno de lo real y ahí se produjeron los textos”. La mayoría son inéditos y escritos especialmente para el libro: los relatos de Sergio Chejfec, Luis Chitarroni, Edgardo Cozarinsky, María Moreno, Alan Pauls, Oscar Taborda (Argentina), Anna Kazumi Stahl (Estados Unidos), Miguel Sanches Neto (Brasil), Carlos Cortés (Costa Rica), Jacinta Escudos (San Salvador), Jorge Carrión (España).
Y hubo cuatro relatos seleccionados por Cristoff en función del contexto elegido: de Diamela Eltit (Chile), Dante Liano (Guatemala), Carlos Monsiváis (México) y Edgardo Rodríguez Juliá (Puerto Rico).
El libro tiene esa apelación a la crónica en su sentido más amplio, “pero desplazandola al lugar del adjetivo”, por eso lo de “Idea crónica” como título.
En todos los textos reunidos la crónica es la matriz discursiva de la cual se desprenden distintos formatos como la entrevista, el relato de viaje, el diario íntimo, el apunte documental…
Según Cristoff hay que destacar “la generosidad de los autores que no tuvieron problemas en experimentar. Y cada uno en definitiva escribió de una forma que tiene que ver con su estética y con su programa de escritura. Frente a este acecho de lo real no hay una respuesta única”.
“Lo que este volumen pone sobre el tapete es que al día de hoy intentar catalogar los textos para etiquetarlos en un género es como algo atávico de lo que no nos podemos desprender, o forma parte de una política editorial. La literatura actual participa de distintos géneros pero no pertenece a uno en particular”.
La consigna del libro, señaló Cristoff, no nos dice cuál es el canon de la nueva crónica. Es una puesta a prueba que da como resultado una pulverización de géneros muy benéfica. Renuente a entrar en la discusión vigente acerca de si un texto es ficción o no ficción, Cristoff menciona “Microcosmos”, de Claudio Magris, “por nombrar a un referente importante, que se puede leer como una sucesión de cuentos, como un ensayo autobiográfico y resulta que ganó el premio Strega de novela”.
Para Cristoff “Idea crónica’ funciona también como una interpelación: qué plantean estas narrativas, cómo aparecen los referentes, qué relación establecen con lo real, cuáles son los procesos de subjetivación que se llevan a cabo”.
La no ficción entendida como literatura no tiene esos supuestos abismos que la gente a priori piensa. “Pero todavía hay resguardos con esta idea. Se piensa que la no ficción puede ser enemiga de la literatura, pero lo que hace a principios del siglo XXl es pulverizar categorías”.
MORA CORDEU
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