¿Qué tan frágil es mi masculinidad?

De la mano de Federico Sacchi, couch y clown de Neuquén, repasamos algunas cuestiones sobre las nuevas masculinidades y las imposiciones que los hombres reciben desde su infancia.

¿Qué tan frágil es mi masculinidad? ¿Creés que las feministas odian a los hombres? ¿Te incomoda que otro hombre te diga que lucís bien, o te recomiende como mejorar tu aspecto? ¿Si demostrás tu afecto por tus amigos decís que estas “mariconeando”? ¿Creés que un varón que toma clases de zumba o yoga seguramente es homosexual? ¿Te da vergüenza pedir cócteles frutales en lugar de cerveza en un bar? ¿Si quisieras ver una comedia romántica, lo harías solo en compañía de una mujer, por que eso no es cosa de varones? Considerando todo esto vuelvo a consultarte, ¿te preguntaste que tan frágil es tu masculinidad?


De acuerdo con la Unesco, 1 de cada 3 adolescentes ha sufrido o sufre de bullying en el mundo, es decir un 32% de los niños y 28% de las niñas. Sin embargo en países como México y Estados Unidos, donde el acoso es mas frecuente, las cifras cambian un poco, mostrando que 65% de las niñas reporta acoso contra un 62% de los niños.

Este se presenta de diferentes maneras: mientras las niñas son mas propensas a experimentar el acoso psicológico, el ciberacoso, la violencia y el acoso sexual en la escuela; los niños suelen enfrentarse a tasas mas altas de golpes y castigos corporales, pero se espera que lo tomen “como hombres”. Esta creencia de que accionar de forma violenta forma parte de la caja arquetípica de la masculinidad crea desde muy jóvenes en nosotros la noción de que la violencia es una solución eficaz a nuestros problemas.

Como varones hemos normalizado tanto la violencia que muchas veces no notamos como problema el decirle a un niño que ha sido golpeado por sus compañeros o maestros que “no llore como una niña” y que “aguante como un hombre”. Hackeemos la idea machista de que ser víctimas de violencia en la infancia nos hace madurar y convertirnos en hombres, desafiemos juntos al machismo.

Es momento de potenciar las masculinidades positivas entre amigos: juntarse a tomar algo y hablar de como se sienten; preparar comidas caseras en la que cada quien cocine algo diferente; ponerse de acuerdo para ver una película que les interese y que no sea de acción o superhéroes; organizar una tarde de conversación y debate sobre temas de justicia social; tomar juntos clases de algo que siempre quisieron aprender pero no se atrevían…


Es muy difícil dejar de lado las enseñanzas machistas que nos inculcaron toda la vida. Si bien la deconstrucción de nuestros prejuicios es algo constante e infinito, podemos facilitar los procesos a otras generaciones y enseñar a crecer fuera del machismo desde temprana edad.

En principio, hay que enseñarles a los más pequeños a respetar a las personas por igual sin importar su género y a exigir que se las trate de la misma manera; o alentar el hablar de sus sentimientos y emociones, sin censurarlos por ser niños ni sugerir que solo las niñas son sensibles.

Una de las creencias del machismo es que el rehusarnos a hacer lo que otros hombres hacen es muestra de cobardía y por lo tanto nos hace “menos hombres”. Es así como solemos ponernos en situaciones peligrosas, o hacemos algo que no queremos para de mostrar “hombría”.

Las nuevas masculinidades buscan cuestionarse la forma de pensar, sentir y actuar de los varones, que han sido impuestas a través de construcciones sociales.


Explorando el campo del conocimiento en un momento tuve la oportunidad de escuchar una entrevista que le realizaban a Leonardo Fabian García (magister en Género y Desarrollo por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales), donde comentaba de qué se tratan las nuevas masculinidades, una temática ya en debate público.

Allí afirmó que “en la actualidad existe un consenso en reconocer que es imperativo configurar la masculinidad como una categoría política cuyo núcleo es el cuestionamiento de las relaciones de poder dominantes, el desmonte de los privilegios masculinos y la búsqueda de la igualdad sustantiva para mujeres, hombres y personas lesbianas, gays, bisexuales, transexuales e intersexuales (LGBTI). Algunas de las tendencias y propuestas más destacadas en la región son las masculinidades igualitarias, alternativas, transformadoras o antipatriarcales”.

Tenemos que empezar a asumir el cuidado como una forma de conectarnos al amor incondicional hacia otros , otras y hacia nosotros y nosotras.

Por Federico Sacchi, couch y clown de Neuquén.-


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