“Queremos a la presi cada vez más”
Se dice (no sé si es cierto o sólo mito) que el mismísimo Freud tenía serios inconvenientes a la hora de comprender el complejo entramado psicológico de las mujeres (¡Auxilio Laura, hija mía!… a la ya inminente psicóloga, le preguntó!). Creo que el odio cuasi irracional que, en nuestro país, muchas de ellas muestran por la presidenta daría para algún tomo que agregar a la voluminosa obra del venerable psiquiatra suizo. Creo que lo primero que salta a la vista es la profunda carga de una gran envidia. Y digo esto porque tal odio –que casi mueve a risa por lo desproporcionado, en su lenguaje de carrero del Abasto– es más acorde a una profunda admiración reprimida que a lo que quiere significar su apariencia. Es que brillante, inteligente, bella, con dos ovarios mayúsculos y encima exitosa… ¡es mucho para soportar! Saber además que la gran mayoría de los hombres la encontramos sumamente atractiva como mujer, creo, es el golpe final que las induce a descerrajar la cloaca de insultos que recibe. No se activan las neuronas en la agresión hacia ella, sino algo atávico, de pulsión salvaje, desde lo más animal que hay en el humano. Lo inteligente, entonces, es entender que ella debe profundizar su acción, lo que hace sin que haga falta que se lo indiquemos. A más catarata de insultos, más veneración es lo que luce. No olvidar que lo contrario del amor no es el odio, precisamente, sino la indiferencia. Y si hay algo que la presidenta no genera, es eso, indiferencia, en el coro enfurecido femenino que la agrede (quizá sin saber por qué desde lo racional o, justamente, porque lo saben muy bien. Vaya uno a saber). Amigas, ¡sigan participando! que muchísimos hombres y también (y esto debe ser lo más terrible para las mencionadas) una legión de mujeres queremos a la ‘presi’ cada vez más. “¡Avanti morocha!” Alejandro Flynn DNI 12.566.136 Neuquén
Alejandro Flynn DNI 12.566.136 Neuquén
Se dice (no sé si es cierto o sólo mito) que el mismísimo Freud tenía serios inconvenientes a la hora de comprender el complejo entramado psicológico de las mujeres (¡Auxilio Laura, hija mía!... a la ya inminente psicóloga, le preguntó!). Creo que el odio cuasi irracional que, en nuestro país, muchas de ellas muestran por la presidenta daría para algún tomo que agregar a la voluminosa obra del venerable psiquiatra suizo. Creo que lo primero que salta a la vista es la profunda carga de una gran envidia. Y digo esto porque tal odio –que casi mueve a risa por lo desproporcionado, en su lenguaje de carrero del Abasto– es más acorde a una profunda admiración reprimida que a lo que quiere significar su apariencia. Es que brillante, inteligente, bella, con dos ovarios mayúsculos y encima exitosa... ¡es mucho para soportar! Saber además que la gran mayoría de los hombres la encontramos sumamente atractiva como mujer, creo, es el golpe final que las induce a descerrajar la cloaca de insultos que recibe. No se activan las neuronas en la agresión hacia ella, sino algo atávico, de pulsión salvaje, desde lo más animal que hay en el humano. Lo inteligente, entonces, es entender que ella debe profundizar su acción, lo que hace sin que haga falta que se lo indiquemos. A más catarata de insultos, más veneración es lo que luce. No olvidar que lo contrario del amor no es el odio, precisamente, sino la indiferencia. Y si hay algo que la presidenta no genera, es eso, indiferencia, en el coro enfurecido femenino que la agrede (quizá sin saber por qué desde lo racional o, justamente, porque lo saben muy bien. Vaya uno a saber). Amigas, ¡sigan participando! que muchísimos hombres y también (y esto debe ser lo más terrible para las mencionadas) una legión de mujeres queremos a la ‘presi’ cada vez más. “¡Avanti morocha!” Alejandro Flynn DNI 12.566.136 Neuquén
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