¿Quién paga los daños?, la gran traba del pacto climático en la COP27

La exigencia de una compensación para los países en desarrollo, los que menos emiten pero más sufren por el calentamiento global, enfrenta resistencia de los más desarrollados, grandes emisores.

Jordi Zamora y Álvaro Vllalobos / AFP

Los países presentes en la conferencia sobre el cambio climático de la ONU (COP27) seguirán negociando hoy sábado, más allá de su límite oficial ayer (viernes), ante la falta de acuerdo sobre las finanzas, en particular la creación de un fondo de pérdidas y daños para las naciones más afectadas.

“Sigo comprometido con llevar esta conferencia a término mañana (sábado), de manera ordenada”, declaró ante las casi 200 delegaciones el canciller egipcio y presidente de la COP27, Sameh Shukri. Compensar a los países que menos gases de efecto invernadero emiten pero que sufren las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos es una vieja aspiración de los países del Sur.

Por primera vez en 30 años, la propuesta está en ciernes de ser aprobada. Las negociaciones se aceleraron tras la presentación la víspera de una iniciativa de la Unión Europea (UE). Pero el borrador del texto final de la COP27, de unas 10 páginas, aún contiene demasiados interrogantes, como es habitual en las conferencias del clima de la ONU.

El canciller egipcio se manifestó “preocupado” por la cantidad de cuestiones pendientes, sobre “financiación, mitigación [de las emisiones de gases de efecto invernadero], pérdidas y daños, todas ellas entrelazadas”.

“Llamo a las partes a trabajar juntas para resolver estas cuestiones pendientes lo antes posible”, enfatizó Shukri.

“La última oferta”


La cumbre climática COP27 de ONU en Sharm el-Sheikh, Egipto (AP Photo/Thomas Hartwell)

Determinar qué países exactamente pueden aspirar a un fondo que compense por las pérdidas y daños del cambio climático, y quién debe contribuir, es objeto de ásperas negociaciones.

La UE puso sobre la mesa la creación de un “Fondo de Respuesta” para los países más vulnerables, en la noche del jueves.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, pidió “ampliar la base de donantes”, una clara alusión a China, el principal emisor de gases y la segunda economía del planeta.

El delegado chino Zhao Yingmin, se limitó a pedir que “no se reescriba” el Acuerdo de París.Ese acuerdo histórico de 2015 sentó las bases del compromiso actual contra el cambio climático, pero recordó que la responsabilidad es común aunque diferenciada, es decir, que los países desarrollados deben contribuir mucho más en función de su historial de emisiones y uso de recursos naturales.

Timmermans pidió también que, a cambio de ese fondo, todo el mundo endurezca sus objetivos de reducción de emisión de gases.

Solo una treintena de países presentaron nuevos objetivos de recorte de emisiones a su llegada a Sharm el Sheij, a pesar de que era uno de los llamados de la anterior COP, el año pasado en Glasgow.

Esa propuesta de fondo “es la última oferta” de la UE, reiteró Timmermans a la prensa este viernes.

“Tenemos que sacar adelante el trabajo sobre pérdidas y daños aquí, en esta COP”, pidió el representante noruego, Espen Barth Eide.

Y al mismo tiempo, “tenemos que confirmar de nuevo esa promesa” de mantener el calentamiento del planeta en un máximo de +1,5 ºC, recordó, lo que implica recortar a la mitad las emisiones de aquí a 2030, según los científicos.

De lo que se trata es de “situar la vulnerabilidad (al cambio climático) en el centro de este debate”, replicó la ministra de Cambio Climático paquistaní, Sherry Rehman, que representa al grupo negociador más numeroso (G77, con 134 países).

Reclamos desde el sur


Los países del Sur conformaron un frente común para reclamar la creación de ese fondo, en tanto que Estados Unidos se muestra contrario a la idea y la Unión Europea (UE) no considera necesario crear un mecanismo nuevo.

Crear ese fondo es “un imperativo moral y de justicia climática”, declaró el colombiano Francisco Javier Canal Albán, viceministro de Ordenamiento Ambiental del Territorio.

El mayor grupo de países del sistema de la ONU (G77, con 134 miembros), los países menos desarrollados (LDC), los Estados insulares (AOSIC), así como ocho países latinoamericanos integrantes de la AILAC (Asociación Independiente de América Latina y el Caribe) convocaron a la prensa para ese llamamiento. Las cifras que se barajan de daños directos e indirectos a causa del cambio climático son astrónomicas.

Según el Instituto Grantham, las pérdidas y daños podrían llegar a oscilar entre 290.000 y 580.000 millones de dólares anuales en 2030.

La presión de los países en vías de desarrollo es máxima para intentar adelantar etapas. Entre los países en vías de desarrollo existe una considerable desconfianza por las promesas incumplidas.

En 2009, los países desarrollados prometieron que a partir de 2020 se desembolsarían 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países pobres a adaptarse al cambio climático y a disminuir sus emisiones, y al mismo tiempo emprender la transición energética.

El presidente electo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, recordó el jueves, en su visita a la COP27, que ese dinero todavía no ha sido distribuido en su totalidad. Y ese monto de 100.000 millones de dólares debe ser aumentado en principio a partir de 2025.


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