¿Quién usufructúa los réditos del desarrollo?
Era de prever que tanta belleza natural generaría intereses privados y públicos que se la disputarían. El municipio de San Antonio admite, pues así lo expresó el presidente de su Concejo Deliberante, Claudio Palomequez, que las tierras de Villarino son su garantía de crecimiento, sus posibilidades de desarrollo. Crear allí centros urbanos, destinar a un parque natural la maravillosa punta Perdices y planificar su futuro forman parte de las expectativas municipales puestas en la resolución a su favor del conflicto. Por su parte, los representantes provinciales en la comisión manifiestan posturas zigzagueantes. Dicen pretender regularizar la zona y poder intervenir en los planes de desarrollo, sin embargo en 2001 toda esa tierra fue cedida al Municipio por el gobierno provincial. En tanto, los privados, asesorados hábilmente, actúan en medio del desorden e intentan hacer valer ocupación en un área en la que hace más de medio siglo pastaron libremente sus animales, pero que desde hace ya varios lustros apenas utilizan en las inmediaciones de la precaria vivienda que allí conservan. De la resolución de este litigio dependerá quién usufructúa los réditos de un inevitable desarrollo. San Antonio ya sufrió la pérdida, por inoperancia o connivencia, de su poder de regularización y comercialización sobre valiosas tierras al sur de Las Grutas. Ahora, corre riesgo su potestad de urbanizar en cercanías del Puerto y poder volcar en obra pública para beneficio del resto de los ciudadanos del ejido, los dividendos que brinde ese crecimiento en un zona única y paradisíaca. (AV).
Era de prever que tanta belleza natural generaría intereses privados y públicos que se la disputarían. El municipio de San Antonio admite, pues así lo expresó el presidente de su Concejo Deliberante, Claudio Palomequez, que las tierras de Villarino son su garantía de crecimiento, sus posibilidades de desarrollo. Crear allí centros urbanos, destinar a un parque natural la maravillosa punta Perdices y planificar su futuro forman parte de las expectativas municipales puestas en la resolución a su favor del conflicto. Por su parte, los representantes provinciales en la comisión manifiestan posturas zigzagueantes. Dicen pretender regularizar la zona y poder intervenir en los planes de desarrollo, sin embargo en 2001 toda esa tierra fue cedida al Municipio por el gobierno provincial. En tanto, los privados, asesorados hábilmente, actúan en medio del desorden e intentan hacer valer ocupación en un área en la que hace más de medio siglo pastaron libremente sus animales, pero que desde hace ya varios lustros apenas utilizan en las inmediaciones de la precaria vivienda que allí conservan. De la resolución de este litigio dependerá quién usufructúa los réditos de un inevitable desarrollo. San Antonio ya sufrió la pérdida, por inoperancia o connivencia, de su poder de regularización y comercialización sobre valiosas tierras al sur de Las Grutas. Ahora, corre riesgo su potestad de urbanizar en cercanías del Puerto y poder volcar en obra pública para beneficio del resto de los ciudadanos del ejido, los dividendos que brinde ese crecimiento en un zona única y paradisíaca. (AV).
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