“Quiero los huesos de mi hija”
TUCUMÁN (Télam).- Susana Trimarco, la madre de Marita Verón, desaparecida hace diez años en una trama de trata de personas, volvió a criticar ayer a la fiscal que investigó el caso, porque “desechó pruebas importantes” y pidió una vez más que le digan dónde está su hija. “Si está muerta, quiero al menos los huesos de mi hija”, dijo Trimarco al testificar en la sexta jornada del juicio por la desaparición de Marita Verón. La mujer, que la semana pasada declaró ampliamente, fue interrogada ayer por los abogados de la querella y afirmó que “Marita jamás ejerció la prostitución”. También defendió la relación de su hija con el padre de su nieta Micaela y negó que él sea homosexual, como insinuaron algunos de los imputados. Durante su larga exposición también negó que su esposo haya sido un enfermo del juego. Aseguró que “no tenía deudas” y nuevamente rechazó la hipótesis que haya violado a Marita. Y también relató sobre el incidente en que Micaela, hija de Marita, vio a su madre en ropa interior junto a su cuñado y contó que “él fue a buscar a su hermano y justo ella salió de bañarse sin saber que estaba en la casa”. Trimarco aportó nuevos datos sobre su derrotero tras las pistas que le fueron acercando testigos, y contó cómo se fue involucrando en el submundo de la prostitución para sumar elementos. “Vi cómo prepararon el secuestro de mi hija”, sostuvo en referencia a los informes telefónicos que solicitaron para comprobar los llamados realizados por Patricia Soria, una enfermera que trabajaba en la maternidad y que había insistido para que Marita se haga unos estudios en ese lugar. “Ahí descubrí que ella había llamado a a la madrugada a la maternidad a números de La Rioja”, explicó y aclaró que la fiscal le dijo que “la causa ya estaba cerrada y realizado el pedido de juicio” y que ya no podían sumarse como prueba.
TUCUMÁN (Télam).- Susana Trimarco, la madre de Marita Verón, desaparecida hace diez años en una trama de trata de personas, volvió a criticar ayer a la fiscal que investigó el caso, porque “desechó pruebas importantes” y pidió una vez más que le digan dónde está su hija. “Si está muerta, quiero al menos los huesos de mi hija”, dijo Trimarco al testificar en la sexta jornada del juicio por la desaparición de Marita Verón. La mujer, que la semana pasada declaró ampliamente, fue interrogada ayer por los abogados de la querella y afirmó que “Marita jamás ejerció la prostitución”. También defendió la relación de su hija con el padre de su nieta Micaela y negó que él sea homosexual, como insinuaron algunos de los imputados. Durante su larga exposición también negó que su esposo haya sido un enfermo del juego. Aseguró que “no tenía deudas” y nuevamente rechazó la hipótesis que haya violado a Marita. Y también relató sobre el incidente en que Micaela, hija de Marita, vio a su madre en ropa interior junto a su cuñado y contó que “él fue a buscar a su hermano y justo ella salió de bañarse sin saber que estaba en la casa”. Trimarco aportó nuevos datos sobre su derrotero tras las pistas que le fueron acercando testigos, y contó cómo se fue involucrando en el submundo de la prostitución para sumar elementos. “Vi cómo prepararon el secuestro de mi hija”, sostuvo en referencia a los informes telefónicos que solicitaron para comprobar los llamados realizados por Patricia Soria, una enfermera que trabajaba en la maternidad y que había insistido para que Marita se haga unos estudios en ese lugar. “Ahí descubrí que ella había llamado a a la madrugada a la maternidad a números de La Rioja”, explicó y aclaró que la fiscal le dijo que “la causa ya estaba cerrada y realizado el pedido de juicio” y que ya no podían sumarse como prueba.
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