Quila Quina conquista a los kiter del mundo

La dama del buen viento reina en Quila Quina y los amantes del kitesurf la cortejan. De noviembre a marzo arman sus equipos y acarician el agua con sus tablas, toman velocidad, remontan y se animan a volar en un lugar ideal para la práctica del deporte.

El kitesurf, llegó al país hace cinco años, pero hace tres se hizo más popular. Consiste en el uso de una cometa (kite, del inglés), que está sujeta al deportista (kiter) por 4 o 5 cuerdas, dos fijas a la barra, y las restantes al cuerpo mediante un arnés. Este sistema permite deslizarse sobre el agua con una tabla, practicar saltos, giros y alcanzar grandes velocidades.

A 18 kilómetros de San Martín de los Andes, sobre la margen sur del lago Lácar, sobre lo que denominan la puntilla, el viento predominante del oeste y la geografía del lago generan un viento fuerte y parejo ideal para la práctica de este deporte.

Fernando Méndez de Vientos Patagónicos, hace diez años descubrió esas playas y sostiene que es un lugar sin igual. “En la Patagonia, es uno de los mejores lugares. La playa es muy amplia, se pueden armar los kite con comodidad, tiene buena orientación el lago y pocas olas. Además Parques Nacionales puso carteles para que la gente sepa que es un lugar para practicar kitesurf y se junta todo el mundo acá”.

Para llegar a Quila Quina hay que tomar un camino de ripio consolidado, sinuoso y de montaña. Se asciende desde los 640 metros sobre el nivel del mar hasta los 900 metros. Es importante tener extrema precaución al volante ya que en buena parte el trayecto se angosta demasiado.

Una vez en el lugar, la belleza del paisaje invita y no hay que esperar que haya viento para poder armar los equipos. Cada tarde, después de las tres, se levanta un viento térmico que se genera por la cercanía de la estepa y los kiter saben que pueden navegar todos los días.

“Es un lugar nuevo. Nosotros estamos hace diez años, pero de a poco, gente de Neuquén o de Buenos Aires lo descubren y vuelven a elegirlo cada año. La temporada se disfruta a pleno”, contó Fernando.

En San Martín de los Andes se pueden alquilar equipos, también se pueden tomar clases. Un equipo completo con arnés, traje de neoprene, velas, sale $ 2.000 el alquiler por día y una clase de una hora, más o menos, lo mismo. Seis días de clases, salen alrededor de los 14.000 pesos.

“El deporte es más fácil de lo que la gente piensa. Es seguro, por eso lo practican tanto. Hay chicos de 12 años navegando. Lo puede hacer la familia, debés ser un poco deportista, no es golf, pero no es súper exigente. Además te tiene que gustar el agua”, explica Fernando.

Para los que quieran ir a quedarse a la villa, hay un camping a 500 metros, un bar sobre el muelle a unos 2.000 metros.

“Este año empezaron a aparecer extranjeros. Hubo españoles, alemanes, que se sorprenden y no traen sus equipos, así que deben alquilar. Muchos piensan que el kite se puede hacer solo en el mar, pero de a poco descubren la magia de los vientos patagónicos”, concluyó Fernando.