Quince años para el autor y 8 para el cómplice

Fue la condena contra Altamirano y Pichún. La familia de la víctima quería penas más duras.

NEUQUÉN (AN)- Lejos de los 25 años de cárcel que esperaban los familiares de las víctimas, la Cámara Segunda condenó ayer a 15 años de prisión a Jorge Altamirano como autor del asesinato de Richard Durán Soto y de las lesiones graves a su novia Azul Cano, y a 8 años a José Pichún como partícipe necesario.

«Los jueces no tuvieron las pelotas necesarias para aplicar una condena más dura. No saben lo que es el dolor. Pareciera que no viven en Neuquén, en Argentina», dijo en caliente Patricio Durán Soto, el hermano del fallecido.

El fallo fue dividido. Uno de los camaristas propuso que se le impongan 13 años a Altamirano, y otro consideró más atenuada la situación de Pichún. Esto también molestó a la gran cantidad de amigos y familiares de las víctimas que coparon la sala de audiencias para escuchar el fallo. En la calle quedó otro grupo con pancartas y sirenas que cortó parcialmente el tránsito frente a la sede judicial de la calle Yrigoyen al 100.

La cantidad de años de prisión que recibirían los imputados era el único misterio que reservaba la sentencia ya que la responsabilidad de ambos estaba bastante clara. Así que hubo que soportar las dos horas que demandó la lectura de las 61 páginas para que quedara develado. Algo poco usual: los jueces dedicaron varios párrafos a justificar las penas impuestas, con alguna velada crítica a la fiscalía y a la querella por haber pedido condenas tan altas: 22 y 25 años respectivamente.

«Cuando yo escuchaba a los jueces leer la sentencia pensé que (a los acusados) los iban a matar, que les iban a dar con todo. Y al final salen con 15 años. ¿Eso vale la vida humana para estos jueces?» se preguntó Patricio en la puerta del tribunal.

El crimen de Richard Durán Soto (22) ocurrió el 21 de enero del año pasado a las 6:30 en la esquina de Rivadavia y Buenos Aires. El joven estaba discutiendo con su novia Azul Cano cuando intervino Altamirano (23), a quien no conocían y a quien nadie llamó. «Actuó como un caballero andante», dijeron los jueces en el fallo.

Ambos se trenzaron en una pelea a golpes de puño. Derrotado, Altamirano caminó unos metros hasta donde estaba su amigo Pichún (32) quien le pasó un cuchillo envuelto en una franela con el cual apuñaló a Durán Soto, causándole la muerte, y a Azul, cuya vida también corrió peligro.

Al momento de fijar la pena, el camarista Héctor Dedominichi tuvo en cuenta «las nimias e injustificadas razones que lo llevaron (a Altamirano) a interferir en la discusión que mantenían Durán Soto y su pareja», lo cual «demuestra de su parte un desprecio y nulo respeto por la vida de los semejantes». Votó por aplicarle 15 años.

Su par José Andrada, en cambio, dijo que el fiscal fue «inusitadamente duro» y que utilizó «un criterio puramente retribucionista» para pedir 22 años de cárcel.

En opinión del camarista, «no puede merituarse disvaliosamente que Altamirano se haya inmiscuido en una 'cuestión de parejas', que no era tan privada porque se trataba de una discusión en la vía pública. Nada impide considerar que su intervención haya sido bienintencionada. Tampoco puede ignorarse que eso le valió recibir un puñetazo en el rostro» que le aplicó Durán Soto. Propuso una pena de 13 años.

Por último el juez Emilio Castro, que también votó por 15 años de prisión, aclaró: «No fue un homicidio frío, ni la secuencia se dio sobre intereses despreciables. Si bien su hecho es grave, merece una pena severa, pero las pedidas por las partes acusadoras son desmedidas».


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