Quiroga aceptó la mediación del obispo Melani
NEUQUEN (AN).- El intendente Horacio Quiroga aceptó la mediación de la Iglesia en el conflicto con el gremio Sitramune y agradeció al obispo Marcelo Melani que haya puesto a disposición un espacio neutral para establecer «un diálogo». Aunque puso como condición que la dirigencia sindical respete las características que el prelado dijo debería tener este acercamiento, de «tolerancia y respeto».
Quiroga se puso a disposición del obispo porque «monseñor ha sido muy claro en cuanto a los principios cristianos que implica dialogar en esta inteligencia». Adhirió a que se lleve adelante en un «clima de tolerancia y obviamente de respeto a la libertad de trabajo».
El secretario gremial César García dijo a los medios, durante la mañana, que esperaba que Melani «en algún momento medie directamente» ante el Ejecutivo municipal para zanjar el conflicto que lleva más de dos meses y parece estar en un punto muerto. El jueves un grupo de trabajadores se encadenó en un banco de la Iglesia exigiendo una resolución pero sin renunciar a ninguno de los reclamos que originó la huelga y la ocupación del Palacio Municipal.
Los huelguistas exigen un aumento de 250 pesos en el básico, de carácter bonificable y remunerativo, además de la reincorporación de los contratados y la suspensión de los sumarios iniciados por el gobierno local. Estaría muy comprometida la situación de los 18 trabajadores que sacaron las maquinarias del playón de Servicios Públicos y las dejaron en la vía pública, frente al edificio municipal ubicado en avenida Argentina y Roca, durante por lo menos una semana.
Los encadenados juran que se mantendrán así hasta que el conflicto se haya solucionado, lo mismo que los ocupantes de la municipalidad.
«Las características deseadas por el obispo implican la ausencia de agresiones y de intimidaciones», celebró el intendente, quien no especificó el alcance conceptual de su expresión. Dio cuenta de la subida de tono del enfrentamiento en las últimas semanas, que llegaron supuestamente a la agresión física y a operativos sorpresivos. «Lo único que faltaba era el pase a la clandestinidad y la lucha armada (por parte de Sitramune)», dijo el intendente.
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