Quiroga echó a dos funcionarios por ineficaces

Salió a caminar por la ciudad y se topó con basura en calles y paseos y plazas destrozadas. "El que no sirve se va", dijo

NEUQUEN (AN).- El intendente Horacio Quiroga recorrió la ciudad, la encontró sucia y desmejorada, se enojó y echó a los funcionarios responsables de mantenerla limpia y en buen estado los espacios verdes.

Simultáneamente ordenó un operativo de limpieza, movilizó a todo el personal de Servicios Públicos y a la empresa encargada de barrer las calles.

A la brigada blanca la mandó a pintar con cal los paredones sucios «cuantas veces sea necesario», sin importar si el día anterior ya había sido blanqueda.

El mes último la municipalidad pagó 79.000 pesos en horas extras «pero no las veo reflejadas en la ciudad», bufaba el intendente Quiroga cuando «Río Negro» lo encontró en una plazoleta del centro observando con desagrado la suciedad y el abandono de los canteros.

Acababa de apagar el celular y de comunicar su fastidio a los secretarios de Servicios Públicos, Armando Cattáneo y Pedro Yensen, de imponer el operativo y de solicitar la remoción «por ineficiencia» de los responsables directos.

La orden de despido recayó sobre los directores generales de planta política David Sgró y Norberto Raffo.

Menos de veinte minutos después, empleados municipales y una cuadrilla de la empresa concesionaria reacondicionaban el sitio armados con palas, escobas y rastrillos. Y con suma paciencia sacaban la pegatina de afiches, panfletos y grafitis que abundan en los paredones.

Esta situación inspiró al jefe comunal a poner celo especial y multar «sin excepción», de ahora en más, a quienes publiciten en lugares no permitidos.

«Yo no vivo escondido detrás de un escritorio», decía en tono alto para que el personal lo escuchara. Más calmado, explicó que los fines de semana recorre a pie o en bicicleta algún sector de Neuquén. En la mañana de ayer, decidió compartir un café con su señora Marlene en una confitería del centro y en el trayecto desde su casa se topó con «montículos de basura antiguos conocidos, plazas descuidadas y las plazoletas de la avenida Argentina con basura, cucharitas de helado y servilletas». A medida que recordaba, la calma se desvanecía, su rostro se tensaba y el enojo crecía en forma proporcional.

«La plazoleta no se ha limpiado en por lo menos dos días, los espacios verdes están en mal estado y el cuidado urbano no está como tiene que estar. No voy a tolerar la ineficiencia y la falta de constricción al trabajo», indicó.

«Los funcionarios cobran un plus por responsabilidad y la tarea debe cumplirse todos los días, así que deben hacerla ellos si no alcanzan las horas extras para el personal. Quien no lo entienda así se va a tener que ir de mi equipo de gobierno: no quiero justificaciones, exijo resultados», fue la advertencia fulminante de Quiroga.

Pedro Yensen, el subsecretario de Servicios Públicos, fue uno de los primeros en llegar al lugar, acompañado de Raffo.

Según el funcionario, la suciedad es de «un día solamente», pero al intendente, prosiguió, «no le interesa que limpiemos 20 veces aunque todos los días haya que volver a limpiar lo mismo».

Entre las novedades a implementar figuran «equipos operativos» de trabajo en «todas» las plazas y la incorporación del barrido de las plazoletas a Cliba.


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