Racing, fútbol y aguante
Con buen juego durante el primer tiempo y resistencia y contragolpes en el segundo, venció a Boca y se colocó segundo a un punto de los líderes.
La garra de Racing fue suficiente para derrotar a un Boca carente de ideas y dejar a los de Avellaneda entre los puestos de vanguardia. El local se puso en ventaja con un tanto de Marcelo Guerrero, a los 28 del primer tiempo, y luego, por diferentes motivos, resignó el protagonismo del encuentro. Tras la apertura del marcado, los de Guillermo Rivarola retrocedieron inmediatamente unos diez metros en el campo de juego, cediendo el control del balón al visitante. Pero el panorama empeoró apenas iniciado el complemento, cuando fue expulsado Diego Simeone. Desde entonces, Racing decidió aguantar. El entrenador sacó del campo a Guerrero y colocó a Juan Torres para mantener el mediocampo armado. De esta manera, abandonó a Lisandro López, que se quedó sin compañía en la delantera. A pesar de la inferioridad numérica, Boca sólo tuvo el dominio de la pelota, pero no encontró la forma para quebrar la sólida defensa de la ‘Academia’. Jorge Benítez movió piezas. Pero su equipo se mantuvo empecinado en llegar al gol siempre de la misma manera. La pelota podía ir a un costado u otro, pero la finalización era siempre la misma: centro al medio del área para Martín Palermo. El delantero estuvo afilado en los últimos dos partidos, convirtiendo cuatro tantos. Pero en la tarde de ayer fue controlado por Diego Crosa y pasó desapercibido. Esta vez el entrenador de Boca dispuso una línea de volantes con menos años, más liviana y con mayor movilidad. Ledesma, Gago y Cardozo manejaron el medio con soltura y dinámica. La pelota circuló con elegancia y precisión. Esta vez el problema estuvo en la creación. Matías Donnet, ubicado como enlace, carga con una responsabilidad mayor de la que puede asumir. Voluntarioso, Donnet termina ofreciendo lo que puede y eso deja a su equipo sin inventiva. El volante no logra conducir los avances. La mochila es más pesada aún para Donnet porque sus delanteros lo condicionan. Palermo necesita la pelota en la frente o dentro del área, a poco metros de la línea de gol. Mientras que Barros Schelotto deambula por el frente de ataque, caprichoso y sumergido en sus propios intereses. Así, Boca sólo generaba algo distinto con la velocidad de Cardozo. En la etapa inicial Boca tuvo sólo dos llegadas al arco de Cristian Lucchetti. Ambas fueron por intermedio de un tiro libre. El primero lo pateó Baiano y salió cerca. El segundo fue la única acción en la que Barros Schelotto generó riesgo, rematando al travesaño. En el mismo lapso de tiempo, Racing consiguió el único gol del partido. Simeone jugó rápido un tiro libre para Barrado, quien envió un centro para López. El delantero dominó dentro del área y remató de media vuelta para que Guerrero se encontrara con la pelota y la empujara al gol. Un minuto después el ex Nacional casi aumenta la diferencia pero Abbondanzieri envió su disparo al córner. El complemento fue condicionado por la temprana expulsión de Simeone. Racing entregó la piel para defender su gol de ventaja. Benítez dispuso que su conjunto terminara jugando con cuatro delanteros. Amontonó jugadores en el área rival y dejó expuesto al “Pato”. Boca sólo generó dos oportunidades claras que Delgado y Ledesma no supieron definir. Casualmente ambas ocasiones llegaron con la pelota al piso. Algo que Boca no intentó hacer. Prefirió insistir con su salvador. Pero ayer Palermo no pudo. Y a su equipo le pasó lo mismo.
Juan Ignacio Pereyra (ABA)
El arbitraje equivocado
La hinchada de Racing, a pesar del triunfo, se quedó indignada con la actuación del árbitro Sergio Pezzotta. Además de un puñado de jugadas polémicas, la vara del juez no pareció ser igual para ambos lados. Pezzotta fue rígido para expulsar a Diego Simeone. El volante recibió correctamente la primera amarilla en el primer tiempo, luego de una dura entrada sobre el juvenil Fernando Gago. Pero llamó la atención que luego, al minuto del complemento, el “Cholo” fuera expulsado con tanta puntillosidad. El ex jugador del Atlético Madrid cometió una infracción típica en la mitad de la cancha y recibió la doble amonestación. Lo que más fastidió a los hinchas de la ‘Academia’ fue que Pezzotta no tuvo el mismo criterio a la hora de juzgar, por ejemplo, a Ledesma o Gago, que terminaron sin amarillas. Ledesma, a destiempo, cometió una dura infracción desde atrás pero no fue amonestado. “Por esa misma jugada a Torres lo hubiesen echado”, protestó un plateísta de Racing. Sin embargo, el error más grosero del árbitro fue antes del gol de Guerrero. Tras un pelotazo largo, Lisandro López corrió a la par de Rolando Schiavi. Cuando parecía que lo iba superar, el defensor desacomodó al delantero dentro del área sin intención de jugar la pelota. López cayó al suelo y Abbondanzieri tomó el balón sin inconvenientes. El reclamo de todo el estadio fue inútil. Ni Pezzotta ni su asistente observaron el penal. Al final los errores del árbitro no fueron determinantes en el resultado del partido, pero está claro que muchas pudieron ser diferentes si Pezzotta y sus colaboradores hubieran marcado faltas que ignoraron. (ABA)
“Debimos ganar”
“Boca tendría que haber ganado”. Así definió Jorge Benítez, técnico ‘xeneize’ el clásico de ayer, que terminó en derrota frente a Racing. Conforme “táctica y futbolísticamente” con el desempeño de Boca, el entrenador dijo que “en todo momento” su equipo fue “protagonista del partido. Y si no pudimos empatar fue por esas cuestiones del fútbol por las que la pelota no quiere entrar”. “Boca tendría que haber ganado porque tuvo como mínimo tres situaciones clarísimas; mientras que Racing sólo una y la convirtió”, remarcó. Luego Benítez pronunció su “respeto” por el trabajo de Racing pero insistió en los merecimientos de Boca, que jugó casi un tiempo con un hombre más por la expulsión de Diego Simeone. El entrenador fue la única figura de Boca que enfrentó a la prensa para explicar la derrota en el clásico; los jugadores, en cambio, se retiraron sin formular declaraciones. El plantel “xeneize”, que gozará hoy de un día libre, volverá al trabajo mañana a las 9 en el predio de Casa Amarilla. (Télam)
Rivarola, feliz
El entrenador de Racing, Guillermo Rivarola, quien ganó su primer clásico oficial tras vencer a Boca (1-0), resaltó “el juego” del equipo en el primer tiempo y “la hombría” de los jugadores en el segundo. “Lo que más me gustó de Racing fue que, en el primer tiempo, cuando pudo jugar, jugó y en el segundo, demostró que tiene chapa de hombría”, sintetizó. Rivarola valoró “el manejo de la pelota y la creación de varias situaciones de gol en la primera parte” y detalló que Racing pudo sacar una “diferencia mayor” antes del descanso. Luego, el director técnico reconoció los valores de su equipo para manejar los tiempos del partido. “En el segundo tiempo nos paramos para jugar de contra porque la expulsión de (Diego) Simeone nos complicó”, advirtió. “Boca puso cuatro delanteros y nos obligó a defendernos. Además, Schiavi terminó jugando de nueve. Eso más algunos fallos dudosos del árbitro (Sergio Pezzotta) nos trajo algunos problemas”, concluyó el ex defensor de Cipolletti. (Télam)
LA FIGURA Diego Crosa. El zaguero fue infranqueable para la ofensiva boquense.
Diego Crosa. El zaguero fue infranqueable para la ofensiva boquense.
La garra de Racing fue suficiente para derrotar a un Boca carente de ideas y dejar a los de Avellaneda entre los puestos de vanguardia. El local se puso en ventaja con un tanto de Marcelo Guerrero, a los 28 del primer tiempo, y luego, por diferentes motivos, resignó el protagonismo del encuentro. Tras la apertura del marcado, los de Guillermo Rivarola retrocedieron inmediatamente unos diez metros en el campo de juego, cediendo el control del balón al visitante. Pero el panorama empeoró apenas iniciado el complemento, cuando fue expulsado Diego Simeone. Desde entonces, Racing decidió aguantar. El entrenador sacó del campo a Guerrero y colocó a Juan Torres para mantener el mediocampo armado. De esta manera, abandonó a Lisandro López, que se quedó sin compañía en la delantera. A pesar de la inferioridad numérica, Boca sólo tuvo el dominio de la pelota, pero no encontró la forma para quebrar la sólida defensa de la ‘Academia’. Jorge Benítez movió piezas. Pero su equipo se mantuvo empecinado en llegar al gol siempre de la misma manera. La pelota podía ir a un costado u otro, pero la finalización era siempre la misma: centro al medio del área para Martín Palermo. El delantero estuvo afilado en los últimos dos partidos, convirtiendo cuatro tantos. Pero en la tarde de ayer fue controlado por Diego Crosa y pasó desapercibido. Esta vez el entrenador de Boca dispuso una línea de volantes con menos años, más liviana y con mayor movilidad. Ledesma, Gago y Cardozo manejaron el medio con soltura y dinámica. La pelota circuló con elegancia y precisión. Esta vez el problema estuvo en la creación. Matías Donnet, ubicado como enlace, carga con una responsabilidad mayor de la que puede asumir. Voluntarioso, Donnet termina ofreciendo lo que puede y eso deja a su equipo sin inventiva. El volante no logra conducir los avances. La mochila es más pesada aún para Donnet porque sus delanteros lo condicionan. Palermo necesita la pelota en la frente o dentro del área, a poco metros de la línea de gol. Mientras que Barros Schelotto deambula por el frente de ataque, caprichoso y sumergido en sus propios intereses. Así, Boca sólo generaba algo distinto con la velocidad de Cardozo. En la etapa inicial Boca tuvo sólo dos llegadas al arco de Cristian Lucchetti. Ambas fueron por intermedio de un tiro libre. El primero lo pateó Baiano y salió cerca. El segundo fue la única acción en la que Barros Schelotto generó riesgo, rematando al travesaño. En el mismo lapso de tiempo, Racing consiguió el único gol del partido. Simeone jugó rápido un tiro libre para Barrado, quien envió un centro para López. El delantero dominó dentro del área y remató de media vuelta para que Guerrero se encontrara con la pelota y la empujara al gol. Un minuto después el ex Nacional casi aumenta la diferencia pero Abbondanzieri envió su disparo al córner. El complemento fue condicionado por la temprana expulsión de Simeone. Racing entregó la piel para defender su gol de ventaja. Benítez dispuso que su conjunto terminara jugando con cuatro delanteros. Amontonó jugadores en el área rival y dejó expuesto al “Pato”. Boca sólo generó dos oportunidades claras que Delgado y Ledesma no supieron definir. Casualmente ambas ocasiones llegaron con la pelota al piso. Algo que Boca no intentó hacer. Prefirió insistir con su salvador. Pero ayer Palermo no pudo. Y a su equipo le pasó lo mismo.
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