Radicales, confiados pero no tanto

Para octubre, De la Rúa es "un problema"."El ajuste inquieta más que el peronismo.

El radicalismo rionegrino no teme perder las elecciones de octubre.

Pero mira las urnas con el corazón estrujado por la ansiedad como jamás lo tuvo a lo largo de la transición a la hora de votar.

Sucede que por primera vez a lo largo de ese proceso este partido – por años uno de los pocos radicalismos del interior del país con poder real -, siente que su suerte electoral puede ser mellada por la crisis que jaquea al país.

Un temor que se acrecienta cuando este radicalismo computa que pertenece al mismo signo partidario del desmejorado gobierno nacional.

Munido de estas dos posibilidades, el oficialismo rionegrino se interroga en cuánto pude ser blanco por arrastre de ambas situaciones.

Es más, cuando hablan desde una sinceridad ajena a toda especulación política, no son pocos los hombres de suma gravitación en el gobierno y el partido, que sostienen lo siguiente:

* «Le tememos más al daño que nos pueda infligir el desgaste del gobierno de De la Rúa, que al enojo de amplios sectores de la sociedad rionegrina con la administración Verani.»

* «Aquel temor es incluso superior al que nos pueda infligir el peronismo rionegrino o cualquier otra fuerza política que emerja en la provincia de aquí a octubre.»

En tren de confesiones, una de las más importantes fuentes del oficialismo rionegrino brindó ayer a este diario una visión de cómo se ven hoy el gobierno y el radicalismo en relación a otros procesos electorales que se les presentaron como complejos.

La fuente dijo:

*En relación a las elecciones generales del «91, en la provincia teníamos un problema de caja. No había ni ajustes provinciales ni nacionales en marcha, y en consecuencia, con dinero para pagar los sueldos podíamos tener la seguridad de ganar las elecciones. Carlos Menem nos ayudó, y ganamos.

* En relación a las elecciones generales del «95. También teníamos un problema de caja para pagar los sueldos. Pero la economía argentina estaba en su tercer año de crecimiento sostenido, y esto en alguna medida «contenía» a la gente debido a la existencia de crédito y a un Estado que garantizaba la estabilidad laboral. El radicalismo ganó por poco – 640 votos -, pero ganó.

Siempre siguiendo el razonamiento de la fuente en cuestión, de cara a las elecciones de octubre la situación del gobierno y su viga – el radicalismo -, es distinta.

– Ahora tenemos varios elementos que conforman una ecuación más compleja. Por un lado, el desencanto con la dirigencia política se incrementó fuertemente ya que la gente percibe que – con nosotros como mediadores -, «la política» no soluciona problemas. Por otro lado, los ajustes tanto a nivel provincial como nacional, son una realidad bien corporizada en la sociedad. Finalmente ésta lo siente en carne propia y en consecuencia está abierta la posibilidad de que vote en contra de quien ajusta», reflexionó la fuente.

De todas maneras, en el oficialismo rionegrino se mantiene firme la expectativa de seguir cohesionando su poder electoral vía la sólida incidencia que el gobierno y el partido mantienen sobre el conjunto de los estamentos sociales de la provincia.

– Hoy más que nunca, ante el voto veleidoso de la clase media, hay razones para creer que el radicalismo sigue generando lealtades vía la gravitación de su experiencia en el manejo de elecciones, máxime cuando se tiene el aparato de Estado – comentó la fuente y sonrió pícaramente sabiendo cuánta connotación de clientelismo político tiene esa confesión

Nadie tiene todo el poder en la UCR de El Bolsón

A una semana de las elecciones de candidatos a concejales, el poder en la interna de la UCR de El Bolsón emerge equilibrado entre el veranismo y el Movimiento de Acción Radical que lidera – entre otros – el diputado y ex ministro de Gobierno Fernando Chironi.

Como se sabe, el primer lugar fue para Wálter Forestier, que en el orden local tuvo el respaldo del intendente Sergio Wisky y del legislador Cesar Barbeito, pero que a escala provincial tuvo como palenques a dos conspicuos veranistas: los ministros de Economía, José Luis Rodríguez, y de Salud y Desarrollo Social, Daniel Sartor.

Forestier logró 709 sufragios.

En segundo término se situó Oscar Romera, alineado a nivel provincial con Chironi. Obtuvo 655 votos.

Y en tercer lugar llegó María Gianone, que responde a alas del radicalismo afines al vicegobernador Bautista Mendioroz. Su volumen de votos fue módico: 173.

Los radicales de El Bolsón llegaron a elecciones tras un proceso complejo y no carente de golpes de mano de último momento tendientes a cambiar el curso de los acontecimientos.

Un caso lo ejemplifica : Romera. Este fue funcionario de la Municipalidad de El Bolsón hasta hace dos meses y candidato elegido por Wisky para encabezar la lista de unidad concebida con el diputado Barbeito para renovar concejales.

Sin embargo, faltando horas para el cierre de listas, un acuerdo forjado entre Wisky y el veranismo – del que participaron Rodríguez y Sartor -, dio por tierra con las expectativas de Romera y encumbró a Forestier.

Romera pagó así tributo a no militar en la lista Roja y Blanca que a escala provincial lidera el gobernador Pablo Verani. De todas maneras, la elección arrojó una significativa paridad de fuerzas entre Forestier y Romera. El primero tuvo un importante respaldo del aparato veranista con lo que esto implica en materia de apoyo oficial. El segundo contó con la adhesión de sectores humildes, espectro en el cual es conocido debido a su trabajo en el municipio. Y un dato interesante: a la hora de votar, los independientes doblaron a los afiliados de la UCR.


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