Radiografía de una madrugada violenta en un barrio tomado

El miércoles por la noche siguió el enfrentamiento.

NEUQUEN (AN).- La madrugada de Confluencia no tuvo paz. Se repitieron los choques entre policías y las bandas que bloquean las calles; también hubo un principio de incendio en una chacra y corridas de manifestantes y de uniformados. Piedras y balas de goma, y silbidos de proyectiles de plomo cuyo origen fue imposible de determinar, completaron un escenario de mucha violencia.

El barrio Confluencia (rebautizado hace tiempo “Los Pumas”) estuvo el miércoles, por segunda noche consecutiva, sitiado y los jóvenes se hicieron dueños de las calles, por donde los pocos vehículos que circulaban debieron hacerlo sin encender las luces.

El blanco de toda la furia fue la comisaría 19 donde cayeron piedras y más piedras, impulsadas por brazos que no se agotan nunca y por hondas de liga elástica.

Los protagonistas de esta verdadera intifada fueron dos grupos de unos 20 jóvenes cada uno, apoyados por otros que esperaban en los piquetes, junto con palos y gomas encendidas, tomando cerveza.

La piedras se estrellaron contra las ventanas y el techo a dos aguas desde donde rodaban hasta el patio. Desde adentro, ante las arremetidas más violentas, los policías -totalmente a oscuras- respondieron con balas de goma, mientras con los escudos antimotines cubrían la ausencia de vidrios.

A los estampidos secos de la itakas que escupían perdigones de goma, se sumaron los silbidos de las balas de plomo que -según los manifestantes- salían desde adentro de la comisaría o bien del arma de algún “pibe” que “quiere darle un ‘cuetazo’ a los ‘ratis”, tal fue la explicación que ensayó un chico que no tenía más de 16 años.

Los grupos que hicieron “el aguante” -tal es la definición que ellos prefieren- están constituidos mayoritariamente por adolescentes y jóvenes, aunque también hay niños y algunos mayores.

Fuego en una chacra

Ante la sospecha de que la brigada antimotines avanzaba a través de la única chacra en producción que hay en esa zona, el grupo que mantenía el piquete de Paimún y El Chocón encendió los yuyos secos de esa esquina.

“Si nos quieren agarrar por ahí están fritos con el fuego”, justificaron los manifestantes, que permitieron el trabajo de un cronista y un reportero gráfico de este diario “para que todos sepan cómo nos reprimen”.

Rápidamente las llamas devoraron una empalizada de casi tres metros y alcanzaron los álamos (blancos y plateados).

La velocidad con la que se propagó el fuego, con lenguas que superaron los cinco metros, el riesgo de que el fuego llegue a la líneas de alta tensión o afecte la cañería de gas -que tiene un mojón en ese lugar- motivó la ofensiva de los policías antimotines.

Así, con la sola iluminación de llamas, los uniformados dejaron la custodia de las viviendas de la discordia (donde el lunes se prendió fuego Rubén Arias), ubicadas unos cien metros del piquete.

Previo al avance, para estudiar el terreno, una camioneta de la policía cruzó la calle disparando balas de goma contra todo lo que se movía. Tras esa maniobra, que desconcertó a piqueteros, protegidos con escudos y cascos, los antimotines (de quienes solo se veía el reflejo de las antiparras) abrieron cancha a los tiros y se parapetaron en la esquina.

Los manifestantes respondieron con piedras a las balas de goma y luego de dispersarse se agruparon cien metros más allá, siempre sobre la calle. Allí mantuvieron un combate ciego durante unos 20 minutos, el tiempo que necesitaron los bomberos para sofocar el fuego de la chacra.

Anuncian nuevos ataques a la Comisaría 19

illa al velatorio, que la tregua con la Policía se prolongaría lo que dure la ceremonia fúnebre.

El sepelio está previsto para hoy a las 11 por decisión de la viuda, Ingrid Manríquez, para que sus familiares chilenos llegaran al funeral.

Ya ayer a la madrugada los integrantes de los grupos que mantienen cortadas las calles principales del barrio alertaron sobre un posible ataque masivo sobre la comisaría 19.

El edificio policial fue cerrado desde muy temprano con gruesos chapones soldados a los marcos que reemplazaron a los vidrios rotos y que tienen agujeros por donde los uniformados pueden mirar y disparar llegado el caso de que se produzca otro avance de los manifestantes.

Durante la jornada de ayer, donde hubo posturas rígidas hacia la prensa, la versión tomó más fuerza.

El grupo más duro de los manifestantes se encargó de advertir que apenas los restos estén en el cementerio ellos ocuparán las 50 viviendas que construye Copeco para el IPVU, cuyo desalojo fue el origen del conflicto.

El único compromiso oficial es el del ministro de Desarrollo Social, Jorge Lara, que antes de que Arias muriera, en el hospital, recibió una nómina elaborada por los manifestantes que se postulan para las casas de la discordia, que están prácticamente terminadas pero tienen otros dueños.


NEUQUEN (AN).- La madrugada de Confluencia no tuvo paz. Se repitieron los choques entre policías y las bandas que bloquean las calles; también hubo un principio de incendio en una chacra y corridas de manifestantes y de uniformados. Piedras y balas de goma, y silbidos de proyectiles de plomo cuyo origen fue imposible de determinar, completaron un escenario de mucha violencia.

Registrate gratis

Disfrutá de nuestros contenidos y entretenimiento

Suscribite por $750 ¿Ya estás suscripto? Ingresá ahora
Certificado según norma CWA 17493
Journalism Trust Initiative
Nuestras directrices editoriales
<span>Certificado según norma CWA 17493 <br><strong>Journalism Trust Initiative</strong></span>

Formá parte de nuestra comunidad de lectores

Más de un siglo comprometidos con nuestra comunidad. Elegí la mejor información, análisis y entretenimiento, desde la Patagonia para todo el país.

Quiero mi suscripción

Comentarios