Raúl Barboza, en casa y en vivo 24-11-03

MUSICA

Con un pie en cada continente está desde hace décadas Raúl Barboza. Uno en la Argentina que en su momento no le permitió dedicarse a su música y lo obligó a marcharse a Francia en 1987, donde su experimentación en el acordeón y en la búsqueda de nuevos sonidos que ampliaran la riqueza de la música litoraleña le valieron el reconocimiento de toda Europa. Allí los franceses lo ordenaron Caballero de las Artes y las Ciencias, demostrando la universalidad de su música.

Pero, para este hombre nacido en Buenos Aires de ancestros guaraníes sus sueños no estaban completos si no podía grabar en su país. Y su anhelo se cumplió después de dos décadas, para su alegría y la de quienes pueden disfrutar hoy de «Cherógape» (en mi casa).

Con climas tranquilos, reflexivos y sensibles, o alegres y de fiesta este disco muestra su encuentro con el público que compartió con él la noche del 14 de diciembre de 2001 en La Trastiend Esta es la primer placa que grabó en la Argentina desde que se trasladó a París, quizás por eso eligió un repertorio de reencuentros en el que sus viejos temas, como «Ituzaingó» y «El tren expreso», acompañan a composiciones más nuevas («Cherógape», «Abriendo y cerrando», «Memorias del cardón», entre otras).

No faltan los homenajes, como «El estibador», que dedica a su padre y «El pariente» un homenaje a don Antonio Tarragó Ros. Además de mostrar sus inspiradas composiciones, Barboza le da paso a otros creadores, y a sus invitados. Así Lito Vitale se une a Barboza en un recreación de «Los ejes de mi carreta» en la que el piano y el acordeón transmiten sin necesidad de palabras la poesía de Atahualpa Yupanqui.

León Gieco es el que le pone la voz a la placa con dos de sus canciones, «Carito» -en una de las mejores versiones que se haya escuchado del tema- y «La cultura es la sonrisa».

Uniendo generaciones y en un encuentro de acordeones realizado en estudio y como bonus track, con el Chango Spasiuk nutren de expresividad «La colonia», en chamamé de Tránsito Cocomarola, una inspiración en la elección musical de ambos.

En la presentación del disco Barboza pide a los espíritus que «eliminen toda vanidad y que esas emociones pueda reflejarlas tan sólo en una nota sostenida o un largo silencio».

Y eso es «Cherógape», un disco sin vanidad y en el que las emociones tocan el alma de quien lo escuche.

Silvina Fernández

sfernandez@rionegro.com.ar


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