Rechazaron las nulidades de los defensores

Los civiles se negaron a declarar y hoy lo harían los cuatro policías detenidos.

ROCA (AR y AC).- Con un gran marco de seguridad que incluyó un detector de metales en el ingreso a la sala, los pedidos de nulidad de tres de los cuatro defensores y la abstención de declarar de los cinco revendedores de autos, comenzó ayer el juicio donde se investiga una presunta asociación ilícita, que tiene nueve procesados, entre ellos cuatro efectivos policiales.

La Cámara Tercera del Crimen comenzó a juzgar a los civiles Guillermo González Pino, Miguel Angel Fernández, Daniel Alberto Reyes y Héctor Montecino; y a los policías José Luis Torres, Mario Pérez, José Reyes y Carlos Brites.

Ayer se realizó la primera jornada del juicio, en el que está previsto que declaren alrededor de cien testigos.

La audiencia comenzó con la extensa lectura de la elevación a juicio y de la requisitoria fiscal, donde se hizo especial hincapié en las aparentes conexiones entre el comisario de Cipolletti José Luis Torres y González Pino, por un lado; y entre este último y Carlos Brites, quien estaba a cargo de la Brigada de Investigaciones de Allen.

Entre los puntos sobresalientes se mencionaron las distintas comunicaciones telefónicas entre el revendedor, Torres y Brites, aunque González Pino aseguró que el teléfono intervenido no era suyo (ver aparte).

Varios uniformados habían ratificado, en la instrucción, la estrecha relación entre ambos. También se resaltó el testimonio que había brindado una ex pareja de González Pino, quien aseguró que en una oportunidad fueron al cumpleaños de un hijo de Brites y cuando este policía le solicitó al juez Torres que elimine un pedido de captura sobre González Pino, ya que éste era informante policial.

Además, se aclaró que Brites sabía que González Pino cobraba dinero por el recupero de los vehículos que él mismo vendía y que, incluso, en una oportunidad él le comunicó a una mujer que debía pagar para volver a tener su auto.

Una vez concluida la lectura, que llevó algo más de dos horas, los defensores Eves Tejeda, Juan Carlos Ríos Iñíguez y Jorge García Osella pidieron la nulidad de todo lo actuado, ya que argumentaron que no hay una acusación precisa sobre los roles que cumplía cada uno dentro de la presunta organización. Para graficarlo, Tejeda se preguntó: «¿Cómo voy a defender a mi cliente? ¿Como organizador o como integrante de la banda?».

Los abogados consideraron que se viola el derecho de defensa, en la que se exige que la acusación debe ser clara, precisa, con su perfecta calificación legal. Sin embargo, el fiscal Eduardo Scilipotti dijo que «debemos tener en cuenta que la calificación legal no lesiona el principio de defensa y además será analizada durante el transcurso del debate. Lo que no puede cambiar es la plataforma fáctica, que se mantuvo inalterable».

El Tribunal, presidido por Fernando Sánchez Freytes e integrado por Aldo Rolando y Jorge Bosch, pasó a un cuarto intermedio, tras lo cual comunicó que no se hacía lugar a la queja por coincidir con el fiscal.

Luego se llamó a los civiles procesados, quienes se negaron a declarar.

¡¿Cuántos años tienen?!

En las pocas preguntas que Miguel Angel Fernández y Guillermo González Pino le respondieron al juez, dieron datos que no son reales. «¿Qué edad tiene?», les preguntó a su turno Sánchez Freytes a los dos. González Pino respondió «30». «¿Y cuándo nació?», le consultó el magistrado. «El 27 de abril de 1969», respondió el detenido. Sánchez Freytes anotó. La misma respuesta dio luego Fernández. También dijo tener 30 años, aunque con fecha de nacimiento el 25 de noviembre de 1968.

Reciclados: Nunca pudieron llegar a los expedientes de las causas vinculadas con el triple crimen. Pero ayer encontraron una forma de acceder a la información. Los diputados Eduardo Chironi, Víctor Hugo Medina y Guillermo Grosvald, tres de los integrantes de la Comisión Legislativa del Triple Crimen, se sentaron en la primera fila de la sala. Seguramente ahora volverán a la carga con sus planteos.

El reencuentro: Grandes charlas mantuvieron Sergio Dávila y Guillermo González Pino. Después de tanto tiempo, volvieron a encontrarse ayer en la sala y se sentaron juntos. González Pino es el único de los imputados que está detenido en la U-9 de Neuquén.

Vacío: Hasta los jueces se sorprendieron al ver la poca cantidad de personas que concurrieron a presenciar el juicio. Eran más los periodistas que los familiares o interesa-dos. Por eso se evalúa si se man- tendrá todos los días el debate en la Asociación Española, donde hay más espacio, pero la Justicia debe pagar unos 200 pesos por día.

Las llamadas eran a cualquier hora

ROCA (AC y AR).- Para entender los «estrechísimos» vínculos de González Pino con las brigadas de Investigaciones de Allen y Cipolletti, el fiscal Daniel Drake destacó en la requisitoria las llamadas entrantes y salientes que constan en el expediente, «de las que surge el permanente y cotidiano trato entre González Pino y esas personas».

Drake puntualizó que el detenido llamó desde su celular a la Brigada de Allen «en 38 oportunidades» entre el 5 de mayo y el 12 de julio del «97. En algunos casos, estas llamadas fueron realizadas «en horarios inusuales, como ser a la madrugada». Remarcó además la «brevísima y por demás sospechosa» comunicación mantenida en clave entre González Pino y el subcomisario José Luis Torres.

Figura en el expediente que el revendedor de autos se presentó en una oportunidad como «Gui-lle» ante el oficial de guardia de la Comisaría Cuarta y preguntó si había llegado algo para él sobre una camioneta. Torres le contestó: «Cortito nomás, afirmativo, chau pibe…».

«Sin dudas Torres le transmite a González Pino una consigna en clave que sólo ellos podían comprender», entendió el fiscal.


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