Reclamo por una isla que perdió sus árboles
Debajo del puente carretero está la tierra de Segundo Lillo. Cuando se construyó el segundo cruce sobre el río Neuquén la empresa realizó movimientos de suelo y arrasó con un pulmón verde. El hombre pide, a través de la Justicia, una remediación ambiental.
NEUQUEN (AN).- «Me mataron una vez y ahora me vuelven a matar de nuevo. Tumbaron la arboleda de sauces, álamos plateados y blancos que eran la mejor defensa de la costa, me la destruyeron toda…», dice al borde del llanto don Segundo Lillo. No puede creer que la isla donde crió a sus hijos se haya transformado en un páramo por la acción despiadada de maquinarias.
Hombre luchador don Segundo, reclama, vía judicial, la remediación ambiental a los responsables. Su isla es la que está ubicada justo debajo del puente carretero.
Desde hace siete años persigue este reconocimiento de la UTE Contreras- Esuco- Burwardt, que taló unos 4.000 árboles, extrajo toneladas de piedra y tierra fértil, realizó desplazamientos de grandes cantidades de suelo, esparció escombros y desechos asfálticos sobre el terreno. Este escenario fue corroborado por peritos oficiales, pero así y todo el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) desechó el pedido por tres votos contra dos.
Hace poco, quizá bajo el paraguas de este fallo, el Departamento Provincial de Aguas (DPA) de Río Negro tiró abajo los árboles que quedaban en la costa de la isla y sacó tierra para descargarla en la orilla cipoleña, donde se levanta un collar de asentamientos precarios.
«Me volvieron a matar», repite don Segundo. «No entiendo cómo la justicia deja hacer estas cosas y no protege el medio ambiente», agrega.
Con sus 64 años, no baja los brazos. Con la ayuda de la abogada Alicia Garayo recurrió en queja a la Corte Suprema el 25 de febrero pasado pidiendo ser escuchado. Para ello el TSJ debe declarar admisible su solicitud. Fue este tribunal, por votación dividida, el que le revocó las dos instancias judiciales previas que le habían dado la razón.
Por el desmonte del DPA en sus tierras realizó la denuncia al fiscal Richard Trincheri. Los daños fueron constatados por la Justicia y como nadie se hizo responsable, con la abogada Garayo trabaja en otro reclamo de remediación ambiental.
Don Segundo se enteró por «Río Negro» que el interbloque Frente Grande- ARI- PJ del Concejo metió las manos en este asunto con un proyecto solicitando la reparación del medio ambiente de la isla. Pide que Recursos Hídricos y Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable de la provincia y la Autoridad Interjurisdiccional de Cuencas (AIC) se pongan a la cabeza.
«El daño está probado, las obras se realizaron sin estudio de impacto ambiental», afirman los ediles que protegen el dominio municipa sobre las islas del Neuquén y del Limay (ver aparte).
Lillo se fue a vivir al islote en 1976, a la muerte de su padre Juan, quien obtuvo la tenencia de la dirección de Tierras de Neuquén, en 1971. Por aquel entonces trabajaba como guardapuente del ferrocarril. Segundo trabajó la tierra, sembró hortalizas, plantó más árboles, desafió crecidas impresionantes, construyó con un vecino la escalera de hierro que subía hasta el puente y que en los últimos tiempos «alguien» cortó con una amoladora para «impedirme el ingreso». También en esta tierra nació su última hija, Adriana Yanina, algo que documenta el certificado de nacimiento y que reafirma su identidad neuquina.
Don Segundo no vive en este lugar desde hace 10 años, pero en julio piensa instalarse de nuevo.
Debate limítrofe
NEUQUEN (AN).- La isla de Lillo, al igual que un racimo de islotes ubicado en los ríos Limay y Neuquén, es reclamada por la provincia de Río Negro. El concejal Carlos Di Camillo (Frente Grande) asegura que «no existen dudas de que la isla del puente es neuquina» y sobre las otras reafirma el dominio jurisdiccional del municipio capitalino.
En esta línea, el interbloque que forma parte con ARI y PJ, más los radicales y el representante de Recrear, recurrirán a la justicia en defensa de otras cuatro islas que se extienden desde la altura del balneario Gatica hasta prácticamente Río Grande. Pedirán que declare inexistente la venta irregular efectuada por el gobierno neuquino en 1993.
Originalmente estaba previsto hacer la presentación el martes, según indicó oportunamente el concejal Marcelo Bermúdez (Recrear). Este reclamo se retrotrae a 1999, cuando el actual intendente Horacio Quiroga siendo concejal, junto con otros ediles, suscribió una comunicación a los legisladores reclamando la potestad municipal sobre estas tierras.
Los únicos que no comparten esta iniciativa son los concejales del Movimiento Popular Neuquino, indicó Bermúdez.
Acerca de la isla de Lillo, Di Camillo planteó que más allá del fallo adverso del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), «el daño ambiental debe ser reparado» y no descarta hacer una nueva presentación judicial.
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