Refuerzan asistencia para los abuelos

Pese a tener capacidad para 45 jubilados, un centro atiende a 70.

Al Centro Integral de la Tercera Edad todos los días llegan abuelos en busca de asistencia.
CIPOLLETTI (AC).- Las estadísticas del municipio son alarmantes y por eso se ha acentuado el programa de contención y amparo a la gente de la tercera edad. En el centro específico que los alberga hay capacidad para 45 personas todo el día, con variadas actividades, pero ya suman casi 70 los que concurren.

Al Centro Integral de la Tercera Edad (CITE) llegan todos los días los abuelos para compartir el desayuno con amigos, a jugar a las cartas, a buscar algo que les alivie la salud, a participar de talleres o simplemente a en procura de afectos.

Según lo que explicó el secretario de Acción Social, Luis Bardeggia, las tres patas en las que se apoya el trabajo con la tercera edad son este centro como hogar de día y atención directa, la red local que opera con los abuelos en los barrios y el programa «Acompañantes» que atiende la demanda de un sector muy vulnerable en sectores alejados, como Costa Norte y Sur, Labraña, Puente de Madera y demás.

Viviana Pereira, la responsable del manejo oficial del tema de la tercera edad, reconoció que el incremento de la pobreza, la situación del hospital y otros factores hace que se redoblen los esfuerzos para cumplir con los abuelos. «Este es un espacio de contención afectiva», graficó Pereira.

La prioridad de la comuna, máxime ahora, es atender a los más vulnerables, a los que no tienen obra social, que están solos o no cuentan con un ámbito familiar estable.

En el CITE prestan sus servicios, muchas veces desinteresados, cuidadoras, enfermeros, talleristas, cocineras y el grupo de apoyo.

«Decidimos ir nosotros hacia ellos», señaló el intendente Julio Arriaga. Se trata de mucha gente a la que hay que proteger, ayudar y contener, indico el jefe comunal, que visitó el CITE e inauguró un plan de alfabetización para 50 abuelos.

Mirta Carattoli, la librera de la ciudad

En la esquina de Fernández Oro y Villegas se levanta una imponente estructura de una sola planta que es el edificio más antiguo del casco céntrico. Típico de las épocas del comienzo cipoleño, allí funcionó la tienda «Diente de Oro» y luego fue de todo: unidad básica peronista, verdulería, asiento de vendedores ambulantes y refugio de gente sin techo. En la época del intendente Jorge Ocampos lo iba a tomar la comuna para Cultura. No fue, y sigue en manos de particulares. Los vecinos del área tienen temor de que en algún momento haya algún tipo de caída de materiales. No estaría mal la declaración de monumento histórico y que se invierta un poco en dejarlo como muestra del Cipolletti de antaño. (AC)


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