Alerta por la resistencia a la adenda laboral en Vaca Muerta

Un grupo de operarios de una compañía desoyó al sindicato que dirige Guillermo Pereyra. Se niegan a la reducción de personal en las torres de perforación. El reclamo podría llegar a otras firmas.

Una de las medidas estrellas para la llegada de inversiones a Vaca Muerta, la adenda petrolera, sumó un nuevo contratiempo. Pese a que se firmó en enero pasado, las compañías vienen advirtiendo que el acuerdo que flexibilizó las condiciones de trabajo en los no convencionales no se aplica al 100%. Operarios de la firma Quintana fueron a contramano del sindicato que dirige Guillermo Pereyra y reclaman no acatar un recorte de personal.

Entre los cambios aprobados se acordó reducir de cuatro a tres la dotación de “boca de pozo” por torre de perforación. YPF ordenó a sus contratistas que esta medida debía hacerse efectiva desde octubre, nueve meses después de la firma del convenio. Pero cuando Quintana, una empresa dedicada a las operaciones de perforación, comunicó la medida a sus empleados obtuvo el rechazo.

Los operarios decidieron paralizar las actividades, desde la semana pasada, en dos equipos que la petrolera nacional utiliza para el proyecto Lajas de gas no convencional. El ministerio de Trabajo dictó la conciliación y si bien Pereyra pidió acatar, los trabajadores resolvieron mantener el reclamo.

La confrontación podría extenderse a la actividad de otras empresas del sector como DLS y Nabors.

Por el momento YPF quedó al margen de la discusión, pese a que la medida afecta el plan de perforación para el proyecto gasífero de la firma. El diferendo lo mantiene el gremio petrolero y la compañía de torres de perforación. Según pudo averiguar este medio, hasta ayer al menos de uno de los equipos continuaba paralizados por el reclamo de los operarios.

La adenda laboral es presentada como una de las “joyas” para la llegada de inversores a Vaca Muerta. El objetivo del convenio fue establecer las bases para mejorar la productividad de la fuerza laboral. Desde el sector consideran que más allá de los costos finales que permite mejorar, entre un 8 y 10 por ciento, lo que en realidad habilita es un marco de discusión blindado a nuevos reclamos sindicales.

El acuerdo empezó en la Cuenca Neuquina pero ya se exportó al resto de las zonas petroleras del país. Sin embargo las dificultades de su aplicación ponen en duda la capacidad de los gobiernos y gremios para conducir la fuerza laboral del sector.

Dato

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25%
es el recorte que aplica el convenio para las tareas de boca de pozo en cada equipo de perforación.

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