Cuando la dictadura secuestró estudiantes

En junio de 1976 los grupos de tareas sitiaron la comarca petrolera, para secuestrar a unos 60 alumnos y trabajadores. La universidad fue blanco de los grupos de tareas.

El segundo juicio por delitos de lesa humanidad ventiló en 2012 el Operativo Cutral Co cuando se secuestró a 20 militantes, trabajadores de YPF, dirigentes sociales y estudiantes.

La comarca petrolera desde el 12 al 15 de junio de 1976 fue literalmente sitiada por el Ejército y la policía federal en una virtual “zona liberada” por la policía neuquina.

Una semana antes se habían llevado a las estudiantes universitarias.

Esta instancia aún no llegó a ser ventilada en juicio y muchos integran la nómina de desaparecidos de la región.

En su mayoría fueron vistos por última vez en el centro clandestino de Bahía Blanca.

Desaparecieron docentes y estudiantes de Servicio Social

“Tenía 21 años y rendí libre la carrera sólo para no escuchar que tomaban lista y no quedaba nadie”, reflexionó Mirta Agostino, compañera de estudios de las alumnas del último año de Servicio Social de la UNC.

En junio de 1976 desaparecieron docentes y estudiantes que terminaban el cuarto año de Servicio Social.

Se enteró en las escalinatas de la Universidad cuando funcionaba en Belgrano y Salta (Neuquén) y “llegó Mirta Tronelli con su papá y me avisó que se habían llevado a Cecilia (Vecchi) y que ellos la estaban buscando”, describió.

“Cuando me presenté en la comisaría (de Cipolletti) blanqueaba la helada; no supe que había pasado con la carrera hasta que en (el centro clandestino) La Escuelita escuché a Susana (Mujica) y a Cecilia; después a Alicia (Pifarré), Mirta Tronelli y a Élida. A Nora no la escuché pero la vi cuando nos llevaban de la U9” de Neuquén hasta el avión que esa noche trasladó a los secuestrados hacia Bahía Blanca, explicó Gladis Sepúlveda.

Gladis tenía 24 años y cursaba la práctica del último año de Servicio Social, vivía en Cipolletti y era no docente universitaria.

“Me acuerdo que se habían ido profesores como Luis Frün, que se le presentó la patota –de Tetu– y le dijo que renunciara o era boleta, y se fue hasta sin cobrar el sueldo”, describió.

“En la madrugada del sábado vinieron por mí. Ya se habían llevado a Mirta y a Cecilia; no pensaba encontrar a Nora y entonces me di cuenta que había otras personas secuestradas”, dijo Elida Sifuentes, también alumna del último año de Servicio Social.

Nora fue liberada varios días después del secuestro y la tortura en Bahía Blanca.

“No pensaba que me iban a ir a buscar; así como no pensaba que Cecilia no iba a volver”, explicó.

Vecchi era alumna de la UNC y maestra en Cinco Saltos de la escuela especial.

El día de su secuestro sus compañeras docentes la esperaron toda la tarde para una función de títeres en el cine de la Asociación Española para una actividad a beneficio de los chicos; pero nunca regresó de Neuquén.

Nora tenía 22 años, vivía en Cinco Saltos igual que Cecilia . “Sostener la vida cotidiana era una cosa de locos; fui a casa de Cecilia a pesar de que tenía mucho miedo porque me dijeron que me iban a vigilar . Y esa casa era la desolación”, describió.

Elida dijo que el ámbito universitario “nos unía y era nuestro ámbito de militancia. Junio nos quedó grabado a fuego en la memoria”.

Las escuelas rodeadas por los soldados

Los camiones cargados con soldados en junio de 1976 llegaron por la ruta 22 y coparon las calles de a Cutral Co, una fuerza de choque del grupo de oficiales de inteligencia que comandó el operativo de secuestro.

“Era la hora del recreo, me agarraron entre el policía Juan Vizcarra, un militar y dos civiles y me trasladaron hasta la comisaría de Cutral Co; estaba cortada la avenida Roca y había un retén a 20 metros de la escuela”, dijo Omar Méndez, el Pato, que tenía 15 años en 1976 y se lo llevaron detenido para preguntarle a los golpes y hasta desprender su cuero cabelludo contra los barrotes de la comisaría, dónde estaba su hermano José.

Emiliano Cantillana tenía 25 y cursaba el nocturno.

La noche del 14 de junio “los soldados aparecieron entre las sombras, en la escuela” y preguntaban por José Méndez, que estaba en Junín de los Andes, como conscripto.

Emiliano, militante del justicialismo, conoció los golpes y la picana, según declaró a los jueces en mayo de 2012, en el juicio en el que se ventiló el denominado Operativo Cutral Co.

“Una noche en la escuela, estábamos en hora libre; llegó el Ejército y se llevó a Pedro, que estaba en el curso”, describió un compañero de Pedro Maidana, que lo vio por última vez cuando tenía 19 años y se lo llevaban de la ENET 1 de Huincul, donde actualmente está ubicado el museo de Plaza Huincul.

Pedro fue arrancado del secundario por el capitán Roberto Maier, cansado de los golpes en la comisaría 14 y mientras se lo llevaban esposado y con una lona en la cabeza, se escapó.

“Uno cuando es joven e idealista, la pelea hasta último momento”, reflexionó en estos días en busca de una respuesta a una actitud tan avezada como inútil en una ciudad sitiada por soldados y blindada por militares.

“Recuerdo que fueron días de mucho frío pero con un sol brillante, bajo un cielo casi turquesa, sin nubes”, recordó Dora el tiempo de su secuestro.

El 12 de junio desconocidos encapuchados habían secuestrado a su hermana Arlene, y ese día de escuela, su madre y su hermana mayor (Argentina) estaban en Neuquén, preguntando por su paradero.

De las más de 60 personas que fueron llevadas a la comisaría entre el 14 y 15 de junio, 17 fueron trasladados a la ciudad capital y cinco de ellos fueron arrancados de los secundarios.

De la Comercial Margarita Páez , de Cutral Co, los militares retiraron a Dora Seguel.

La comisaría de Cutral Co fue lugar de torturas durante varios días. Interrogatorios a los golpes, picana eléctrica y una violación en el camión de prisioneros.

Ningún lugar parecía estar a salvo

“Junio siempre es un mes de malísimos recuerdos”, dijo Noemí Labrune, dirigente de la Asamblea por los Derechos Humanos (APDH) Neuquén.

Describió que “hubo una ola represiva manifiesta en los primeros días después del golpe (marzo de 1976), con muchos detenidos y allanamientos en Cipolletti; pero días después eran ubicados por los familiares y sabían que estaban detenidos o habían sido trasladados a Bahía Blanca. Pasaron unos meses en los que ya nos reuníamos en el obispado de Neuquén una vez por semana y estábamos pendientes de lo que ocurría en Córdoba y en Capital Federal, donde muchos padres tenían sus hijos estudiando. Parecía que en el Alto Valle lo fuerte había pasado, cuando llegó junio”, recordó.

Labrune indicó que “no supimos de entrada qué estaba pasando en Cutral Co. Luego nos comenzó a faltar el aliento porque donde uno miraba había pasado un drama”, sostuvo.

“Nos dimos cuenta que era masivo en ese momento y no había donde alguien pudiera sentirse seguro; el frío nos cortaba la respiración y siguieron meses y meses con esta sensación, porque con esta ola de secuestros supimos que fuimos tocados por el Terrorismo de Estado”.

“Habíamos empezado a enterarnos que habían caído compañeros en Neuquén, y se esperaban allanamientos y detenciones”.

Pedro Maidana, detenido en la ex ENET 1, a los 19 años.

“Éramos tres hermanas de 21, 19 y 16 en mi caso, en un ámbito secundario, no pensamos que nos iban a llevar. El secuestro fue en la escuela y fue muy cruento”.

Dora Seguel, alumna del comercial de mujeres.

Con la intervención de Remus Tetu en la Universidad 67 profesores fueron cesanteados con un primer decreto, luego las bajas llegaron a 133.

“Nadie escapó de los efectos del terror, aún los que quedaron afuera. En el 2000 hubo compañeros de la UNC que era la primera vez que nos veían [después del secuestro]”.

Elida Sifuentes, secuestrada en 1976 y liberada en 1981.

Fue un operativo contra el PRT – ERP

“Fue el operativo de secuestros más fuerte e impactante en la Norpatagonia en todo este período”, escribió el historiador Pablo Scatizza, en su libro “Un Comahue Violento” (2016), en un análisis de los secuestros que comenzaron el 9 de junio de 1976 en Neuquén y terminaron el 15 en la comarca petrolera.

Scatizza planteó que una célula del Partido Revolucionario del Pueblo (PRT- ERP) era “el objetivo de los perpetradores”.

Pero “los represores sabían que no todas sus víctimas estaban vinculadas con el PRT, aunque eso no les importaba en absoluto”.

Agregó que secuestraron “hasta militantes de otros partidos políticos y organizaciones sociales con quienes de alguna manera estaban relacionadas” las víctimas.

Durante 6 días, se llevaron a 16 jóvenes en Neuquén y 17 en Cutral Co y Huincul.

Antes de salir para Cutral Co, en Neuquén se llevaron a Alicia Villaverde de la subsecretaria de Obras Públicas, a Susana Mujica cuando llegaba a su casa; a Cecilia Vecchi, Lucio Espíndola y Dario Altomaro mientras esperaban a Mujica; a Alicia Pifarré y Alicia Murphy en la calle, a Eduardo París del trabajo en el banco; a Mirta Tronelli de la dirección de Turismo Social y a Gladis Sepúlveda de la comisaría de Cipolletti. También a Virginia Recchia, Carlos Schedan, Jorge Asenjo, Elida Sifuentes y Nora Rivero.

Datos

La comisaría de Cutral Co fue lugar de torturas durante varios días. Interrogatorios a los golpes, picana eléctrica y una violación en el camión de prisioneros.
“Habíamos empezado a enterarnos que habían caído compañeros en Neuquén, y se esperaban allanamientos y detenciones”.
“Éramos tres hermanas de 21, 19 y 16 en mi caso, en un ámbito secundario, no pensamos que nos iban a llevar. El secuestro fue en la escuela y fue muy cruento”.
Con la intervención de Remus Tetu en la Universidad 67 profesores fueron cesanteados con un primer decreto, luego las bajas llegaron a 133.
“Nadie escapó de los efectos del terror, aún los que quedaron afuera. En el 2000 hubo compañeros de la UNC que era la primera vez que nos veían [después del secuestro]”.

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