El diputado: doble cobro y poca sustancia

INVESTIGACIÓN LOS BARONES DE LA FRUTA

Rubén López hizo oídos sordos a los reclamos por la percepción simultánea de dos haberes, como legislador y como gremialista. El Estado tampoco se preocupó: la Fiscalía de Investigaciones mantiene dormido el expediente desde hace un año y medio.

Ahora, López asumirá su segundo mandato en la Legislatura, esta vez como integrante del partido de Weretilneck, Juntos Somos Río Negro (antes fue un referente del pichettismo y el sorismo). Esta fuerza política también premió a la hermana del sindicalista, Beatriz, con un cargo en Desarrollo Social. Ahora suma la chance de ser intendenta de Fernández Oro.

Nada parece indicar que Rubén López resigne uno de los haberes para remediar la incompatibilidad que establece el artículo 127 de la Constitución rionegrina.

Con una dieta neta no inferior a los 38.000 pesos (la más baja entre los legisladores por no poseer título académico ni antigüedad en el Estado), más la percepción de gastos reservados que rondan entre 15.000 y 20.000 pesos, López desarrolla una tarea legislativa que no se caracteriza precisamente por su productividad.

Integra las comisiones permanentes de Asuntos Sociales y la de Asuntos Económicos. En la primera ha estado presente en contadas reuniones plenarias. En las sesiones de la Legislatura tiene buena asistencia. No obstante, sus participaciones son parcas y ha firmado proyectos de ley o comunicación -pocos sustanciales- en calidad de acompañante. Sólo se le conoce la autoría de una ley ya aprobada: la que regula el ejercicio de la profesión de técnico en Emergencias Médicas. El otro proyecto de ley que pergeñó no tardó en naufragar: pretendía establecer el 8 de marzo, Día de la Mujer, como jornada no laborable para agentes públicos.

Su declaración patrimonial en la Legislatura es tan desconocida como la del resto de los diputados. Sólo un pedido de la Justicia podría permitir echar luz sobre los bienes que declaró y cómo han evolucionado.