El Neuquén 2020 pensó una provincia lejos de Vaca Muerta

El plan de desarrollo fue diseñado en 1997 por Martínez Guarino. Apuntaba a un territorio con potencia agroforestal. De los no convencionales nadie hablaba.

Había una vez un plan para la provincia y se llamaba “Neuquén 2020”. Un librito de 70 páginas y tapa verde que imaginó un territorio de potencia agroforestal, productor de alimentos de baja contaminación para el mundo con tres coordenadas complementarias: turismo, energía y minería”.

Cuando se redactó el plan en 1997, los yacimientos convencionales se agotaban y Vaca Muerta no era más que el nombre de un paraje olvidado del departamento Picunches. En dos años se cumplirá el plazo de aquella proyección para el futuro y encontrará a la provincia en pleno auge hidrocarburífero, con 20.000 hectáreas agropecuarias y no las 100.000 pensadas.

“La teoría del 2020 era que estaba bien la explotación hidrocarburífera, pero eran importantes los recursos renovables. Ese fue el eje principal”, recordó Ramón Martínez Guarino, titular del Copade por entonces y principal autor del plan que sirvió de barco insignia del exgobernador Felipe Sapag.

El proyecto fue una apuesta a “volver a la tierra” a través de la fruticultura, la horticultura, el desarrollo agroindustrial y la forestación de 200.000 hectáreas. El último relevamiento, de 2017, contó una superficie de apenas 63.725, principalmente de pinos. También propuso una meta para el “Neuquén turístico” que esperaba para la próxima década, alcanzar una capacidad instalada de 40.000 plazas hoteleras. Hoy son un poco más de 23.000.

¿Se habrían cumplido si los no convencionales no irrumpían en la escena? En ese momento, el horizonte de reservas era a siete años y los yacimientos estaban en crisis. “De no mediar una propuesta superadora, toda la provincia puede convertirse en un Cutral Co”, pronosticaba el 2020.

Guarino reconoció que, de haber existido ya la perspectiva de Vaca Muerta, lo habría pensado diferente, aunque recordó que el plan se abandonó cuando Jorge Sobisch asumió el gobierno en 1999. “Una de las debilidades del 2020 fue que se hizo en una gestión corta que fue muy combatida”, planteó.

El más reciente intento de planificación lo presentó Omar Gutiérrez este año con el Plan Quinquenal a 2023. “Es bueno que se haga, pero se necesitan horizontes de más largo plazo. Un proceso de transformación económica y social requiere una historia, un presente y un futuro para las próximas generaciones”, afirmó.

Martínez Guarino guarda los libros en impecable conservación.
YAMIL REGULES

El dato

La profecía cumplida de la concentración

El segundo capítulo del Plan 2020 se había reservado un espacio para tratar de anticipar qué sucedería si Neuquén continuaba con las mismas políticas gubernamentales y no cambiaba el rumbo de su matriz económica y pautas de consumo.

Casi cumplido el plazo, algunos escenarios terminaron muy cerca: disminución de la población rural “con lugares totalmente abandonados” y el 80% de la población concentrada en el departamento Confluencia, específicamente en Neuquén, Plottier y Centenario. Si bien hoy las proyecciones le asignan un peso del 58%, no hubo otra zona que creciera a la par. El documento también advertía que la pirámide de población de las áreas rurales terminaría concentrada en estratos superiores a los 50 años.

Datos

100.000
hectáreas productivas propuso el plan como objetivo para el 2020. Actualmente hay unas 20.000.

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