En 1994 un informe de EE.UU. implicó a Siria en el atentado contra la AMIA

Poco antes del inicio del juicio oral por la causa AMIA, el cavallismo quiere conocer los motivos por los cuales no se investigó la participación de Siria en los atentados contra la Embajada de Israel y a la AMIA. Los terroristas intentaron atacar un avión en el Aeroparque.

El pasado viernes 7 de abril, fue presentado en la Cámara de Diputados de la Nación un pedido de informes al Poder Ejecutivo en relación con los atentados perpetrados contra la Embajada de Israel y la sede de la AMIA, ocurridos en 1992 y 1994 respectivamente y que aun la Justicia no ha esclarecido. La solicitud de explicaciones quedó registrada bajo el número 1656-D-2000 y lleva la firma de los legisladores de Acción por la República, Fran-co Caviglia, Guillermo Francos y Arnoldo Lamisovsky.

En el documento presentado por los diputados del cavallismo, se hacen 20 preguntas sobre ambas masacres a los ministerios de Interior, Justicia, Defensa, Re- laciones Exteriores y también a la SIDE y gran parte del texto está fundamentado en la investigación que publicara «Río Ne-gro» entre el 11 y el 13 de enero de este a-ño y que sostenía que no se investigaron las pistas que podían conducir a una eventual participación de Siria en ambos atentados. Asimismo, la solicitud de informes aporta una serie de datos novedosos, que abonan la tesis que el régimen de Haffez Al Assad habría tenido importante participación en la determinación del lugar donde se iban a cometer los dos atentados.

En su presentación, los diputados Lamisovsky, Caviglia y Francos hacen referencia a un informe redactado por una comisión de investigación de la Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos, suscripto por los republicanos Jossef Bodansky y Vaughn Forrest y que fue incorporado a la causa que instruye el juez federal Juan José Galeano el 19 de agosto de 1994, es decir un mes después de cometido el atentado contra la AMIA. Las quince páginas redactadas por Forrest y Bodansky, van del folio 2679 al 2694 en el expediente del juez Galeano.

Este diario accedió a una copia del documento de los norteamericanos, titulado «Resumen Ejecutivo Argentina, Gran Bretaña y otros», que afirma que el atentado de la AMIA «tuvo su origen a finales de enero de 1993, en la decisión de Irán de lanzar acciones terroristas en Estados Unidos, pero después de determinar que la comunidad islamita norteamericana podría ser muy vulnerable, Irán a instancias de Siria, comenzó a concentrarse en los ataques en otros lugares del hemisferio».

En junio de 1994, los niveles más altos en Teherán y Damasco ordenaron los preparativos para una operación terrorista que debía ser presentada como un acto de venganza por la muerte del líder del ala dura de Hizbollah Muftafá Al Dirani, quien había sido secuestrado por comandos israelíes el 21 de mayo de ese año y posteriormente asesinado.

Según el informe de la comisión de investigación estadounidense, cuando el 2 de junio de 1994 se produjo el ataque aéreo israelí contra la base de entrenamiento de Hizbollah situada en Ain Kawkab -cerca de la frontera entre Siria y El Líbano- «Siria e Irán autorizaron el atentado contra el centro cultural judío en Buenos Aires».

El régimen de Damasco insistió a los iraníes para que el atentado se realizara «en lo posible» en la capital argentina, y la elección del lugar era tan importante al punto tal que el presidente Haffez Al A-ssad «estaba preparado a contribuir con elementos controlados por Siria en la operación». El análisis de los especialistas norteamericanos señala que el «núcleo inicial de estas redes provino de un grupo de unos 12-15 hombres operativos de primer orden de las filas de comandos operativos de Hizbollah establecidos a principios de 1994 como red latente (…) especialmente preparados por la inteligencia siria y por medio del Frente Popular de Liberación Palestina-Comando General (PFLPL-GC) de Ahmad Jibril».

En el informe de la Cámara de Representantes norteamericana, se afirma que la planificación general de la operación en Buenos Aires fue realizada por Zabhi Tusufaili o Zabih Tsafali -dependiendo de la traducción- «militar iraní y oficial del espionaje exterior IRGC que había vivido en Argentina durante varios años y que conocía muy a fondo las condiciones locales.

Las relaciones entre el conocido terrorista palestino pro sirio Jibril y el iraní Tsafali continuaron tras el atentado contra la AMIA, cuando ambos ejecutaron el atentado que destrozó, a comienzos de los `90 el mercado de Jerusalén. Tanto Jibril como Tsafali cuentan con la protección del régimen sirio que preside Haffez Al Assad y tienen sus bases de operaciones en Damasco y en el valle de la Bekaa, donde se entrenan sus comandos.

El informe relata que la red de apoyo local en Buenos Aires «incluyendo la totalidad de la logística y el reclutamiento de mano de obra» fue responsabilidad del Agregado Cultural Iraní Moshen Rabbani. «Se crearon -según el informe en poder de este diario- dos pequeños grupos integrados por personas (…) el primero integrado por argentinos con frondosos antecedentes delictivos (…) ellos compraron una camioneta Renault Trafic a un revendedor de autos de ascendencia iraní-libanesa, Carlos Alberto Telleldín (…) ellos reconstruyeron la camioneta con partes de otras varias camionetas y agregaron partes de otros tipos de vehículos para confundir cualquier investigación posterior al ataque». A la fecha del informe, aun no se sabía que la Trafic había sido manipulada. Recién se conoció ocho meses después.

Lo que los diputados cavallistas quieren saber

Entre las principales preguntas que contiene el pedido de informes elevado al Poder Ejecutivo por Acción por la República, figura la necesidad de saber si en «función del seguimiento efectuado por la SIDE del dominicano Nemen Nader Rodríguez, se conocían las actividades de la organización Mathaba en Argentina».

Como publicó este diario en enero, a partir del «88, Nader se encargó de recolectar 40 millones de dólares para las campañas electorales que llevaron a la presidencia a Carlos Menem

El lobby Mathaba es una organización destinada a respaldar las aspiraciones políticas de dirigentes iberoamericanos de ascendencia árabe.

Cabe señalar que en su pedido de informes presentado el viernes, Acción por la República también quiere saber si el Poder Ejecutivo tenía conocimiento de la presencia de Monzer Al Kassar en la Argentina «en los días previos al atentado contra la Embajada de Israel, y en caso afirmativo se especifique si se realizaron trabajos de inteligencia sobre el mismo teniendo en cuenta el frondoso prontuario que éste registraba a nivel internacional».


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