Espera la jubilación

FRENO AL DESARROLLO MINERO

ANDACOLLO (Enviada especial).- Ignacio Luis “Pirincho” Muñoz, perforista, pasó 32 años trabajando en las minas. Con 66 años cumplidos, hace guardia en su vivienda esperando el sobre del correo que traerá la esperada “carta” que complete el trámite de la jubilación. “Si no llega a haber nadie que lo reciba, vuelve a Neuquén y dicen que tardan 20 días en mandarlo de vuelta”, acota su esposa, que participa de la vigilia.

El comedor de la casa tiene las paredes rodeadas de retratos, más o menos antiguos, con más o menos integrantes de la familia. Sobre la ventana que da a la calle, de cortinas rosadas que tiñen la luz en toda la habitación, cuelga un casco azul con orejeras amarillas: “lo único que quedó”, dice.

Muñoz trabajó primero para Cormine y desde el 2003 lo hace para Andacollo Gold. Pasó por las minas de Erika, Sofía, y también por Campana Mahuida antes de que en 1994 “los echaran a todos”. “Fue un retiro voluntario lo que nos hicieron a nosotros. Hicieron cualquier cosa, ese fue el famoso (Jorge) Sobisch. Nos pagaron chauchas, me acuerdo, en ese tiempo cobré 13.000 pesos”, recuerda. Su tarea como perforista consistía en “hacer agujeros al cerro” de 1,80 metros de ancho por 2 metros de alto, de a 20 tiros utilizando explosivos.