Grandes fábricas en problemas hacen caer el consumo de gas

La demanda residencial tuvo un leve crecimiento. En los hogares de la región se paga la tarifa más baja del país y además hay un subsidio que cubre el 60%.

El aumento del precio del gas en la Patagonia no alcanza a ni a parecerse al tarifazo que se aplicó en el resto del país porque aquí la tarifa es más baja y encima en los hogares está subsidiada, pero de todos modos el impacto se hizo sentir en las industrias de Río Negro y Neuquén, donde la caída de la demanda fue de hasta el 58% en el primer trimestre del año. Los problemas de la planta de agua pesada de Arroyito y de la de Alplat en San Antonio Oeste explican buena parte de la reducción.

El precio del gas aumentó mucho más que la electricidad en el país en los últimos dos años. Pero el piso desde el que comenzó a subir la tarifa en la Patagonia era más bajo que en el resto del territorio. Hay además un subsidio que cubre casi el 60% del consumo residencial y que tiene garantizado (por ahora) el financiamiento porque no es un aporte del Tesoro.

Según los números de Camuzzi, en las dos provincias (salvo en la costa atlántica rionegrina, que es otra unidad tarifaria), hubo entre enero y marzo de este año un consumo un 18% menor que en el mismo trimestre de 2017. En Viedma, Sierra Grande y San Antonio, esa caída global fue del 21%.

En los hogares, que se llevan más de un tercio del total del gas distribuido, hubo un repunte casi vegetativo de la demanda: 5% en ambas provincias y del 6% en la zona atlántica.

Como ocurre en general con los servicios, la factura final del gas que llega a hogares, industrias y comercios contiene varios ítems. Los costos principales son la extracción de gas, el transporte y la distribución, pero también se aplican impuestos nacionales y provinciales.

Camuzzi recibió un reconocimiento tarifario del Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas) para su porción del negocio (fueron tres tramos, el último del 30%), pero no fue esta decisión la que hizo crecer tanto la factura final sino el precio del gas en boca de pozo, que es lo que reciben las petroleras como YPF, Pampa, Panamerican Energy o Chevron. Al inicio del gobierno de Mauricio Macri, la tarifa que un hogar pagaba tenía incluido un costo del gas en boca de pozo de 0,9 dólares por millón de BTU (una medida calórica británica). Ese ítem de la factura es hoy de 1,38 dólares, el doble. Como el precio en boca de pozo ha crecido en nuestro país por decisión del ministerio de Energía de la Nación como incentivo a la producción, hay un sendero fijado que llevará el millón de BTU de los 1,38 dólares actuales a 2,78 en dos años.

En la zona no hay muchas industrias que sean grandes demandantes de gas. Existen sí dos grandes complejo fabriles:

• la Planta Industrial de Agua Pesada de Arroyito, Neuquén, que pertenece a la estatal Empresa Neuquina de Servicios de Ingeniería. Produce uno de los insumos para determinadas plantas nucleares.

• Alcalis de la Patagonia (Alpat), que fabrica carbonato de sodio en San Antonio Oeste, Río Negro, del grupo Indalo.

Ambas plantas están con baja o nula actividad. La neuquina por la caída de contratos internacionales y la falta de horizontes para la construcción de nuevas centrales nucleares.

La planta de Alpat forma parte del emporio de Cristóbal López, el empresario detenido por la retención de impuestos en su comercializadora de nafta Oil.

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Imagen Consumo de gas

archivo

Datos

58% menos
de gas demandó en el primer trimestre del año el sector industrial de Neuquén, Alto Valle y la cordillera.
19% menos
consumió el norte de la Patagonia en enero, febrero y marzo de este año en relación con el mismo período del 2017.

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