Registro de presos y ADN

En cuanto el fiscal Juan Manuel Ugarte comenzó a mirar para atrás, revolviendo los expedientes archivados en la Dirección Delitos Especiales, una sospecha se desparramó sobre la mesa de trabajo. Los ataques del serial llegaban hasta 1996.

Ocho años de ventaja llevaba el delincuente más buscado.

El fiscal confirmó que desde 1997, y con la salida de la cárcel luego de cumplir una condena por tentativa de robo calificado, se inauguraba en Córdoba el tiempo del monstruo disfrazado de padre de familia.

En un hogar de clase media el padre de seis hijos, escondía un psicópata sin precedentes.

Una ventana entre los años 1996 y 2002 orientó al fiscal Ugarte. Le encomendó a la Policía Judicial un registro de presos que hubieran cumplido tres años y medio de prisión en ese tiempo.

En una importante cantidad de nombres suministrado por la Policía Judicial, llegó el de Marcelo Mario Sagen. Todos los sospechosos fueron seguidos. Sagen fue el único de los ex convictos que al observar la presencia policial se dio a la fuga.

Enterada la esposa que se lo buscaba al marido como el probable violador serial, llevó a su hijo hasta los tribunales acompañada de un abogado de apellido Juncos le pidió al fiscal Ugarte que le realizara una extracción de sangre, para que se determinara el patrón genético con la finalidad de desvincularlo de la causa. Fue fatal.

El examen confirmó las sospechas. Sagen era el hombre más buscado de todos.

El mérito de Ugarte fue llegar hasta él con enorme perseverancia. Luego, cercado y sin chances, optó por dispararse un balazo en la cabeza. Todo llegó al final tan dramáticamente como comenzó.

Nota asociada: VIOLADOR SERIAL DE CORDOBA: Cercado por la policía, el hombre más buscado del país se pegó un tiro  

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